En el cementerio La Piedad, en Rosario
A Analía Egle Minetti la
fusilaron y enterraron como NN en 1977. Su cuerpo había sido desenterrado en
2011, en el marco de una investigación judicial. Cuatro años después, el Equipo
Argentino de Antropología Forense logró identificar sus restos. Su caso será
juzgado en el tercer tramo de la megacausa Feced, que fue elevado a juicio la
semana pasada.
Analía Egle Minetti, la “Flaca”,
estaba demacrada por las torturas. Tenía 21 años y junto a otros detenidos
ilegales la cargaron en un camión y la tuvieron dando vueltas por las calles de
Rosario para que no la vieran los miembros de la Cruz Roja Internacional que
visitarían la ex Jefatura, en 1977. Unos meses después se la volvieron a
llevar, pero ya no volvió. La fusilaron dentro de un auto junto a otros dos
militantes en un enfrentamiento fraguado. Después prendieron fuego el vehículo
y enterraron el cuerpo calcinado de la joven en una tumba NN en el cementerio
La Piedad. Esta semana, cuatro años después de la exhumación, el Equipo
Argentino de Antropología Forense (EAAF) logró identificar sus restos.
El cuerpo de Analía había sido
desenterrado en 2011, en el marco de una investigación judicial que lleva
adelante Unidad Fiscal de delitos de lesa humanidad, en la que se ordenó la
excavación de 120 sepulturas de los sectores 73, 74 y 75: la zona de los
muertos NN. Pobres, indigentes o personas sin familiares reconocidos que
descansan en tumbas sin lápidas ni flores. Los huesos de la joven militante de
la Unión de Estudiantes Secundarios y la Juventud Peronista estaban mezclados
con restos de otras personas. “Las sepulturas fueron reutilizadas unas seis o
siete veces durante todos estos años. Se encontraron muchos restos mezclados,
por eso llevó mucho tiempo la identificación”, explicó a Infojus Noticias
Miguel Nievas, coordinador del equipo del EAAF de Rosario.
Después de separar los restos se
los envió al laboratorio del EAAF. “Se analizó su perfil biológico y se creó
una hipótesis de identidad”, contó Nievas. Con ese universo acotado se comparó
el perfil genético con los que había en el banco de datos. El cotejo dio
positivo con el ADN del padre de Analía, Helder Pablo Minetti, ex juez de la
localidad santafesina de Chabás. Los restos del hombre fallecido en 1991 habían
sido exhumados el año pasado para la toma de las muestras.
La Flaca había nacido el 5 de
noviembre de 1955 en Chabás. Mientras cursaba el Instituto Superior de Comercio
“Libertador General San Martín” de Rosario comenzó a militar en la Unión de
Estudiantes Secundarios (UES) y en la Juventud Peronista. El 6 de marzo de 1977
una patota de la SI la secuestró en la heladería de Mendoza y Ovidio Lagos y la
trasladó al Pozo, el centro clandestino de detención que funcionaba en la ex
Jefatura, donde la catalogaron como “aspirante Montonero”. Después la llevaron
a “La Favela”, el área en el que, según contaron los sobrevivientes, las
torturas eran más intensas. Ahí se encontró con su pareja y compañero de
militancia en la UES, Daniel Toty Flores, que había sido chupado un mes antes.
El nombre de Analía fue uno de
los más repetidos durante los dos primeros juicios de la megacausa Feced, en la
que se investigan los delitos de lesa humanidad cometidos en el Servicio de
Informaciones (SI) que funcionaba en la ex Jefatura, sede del comando del 2
Cuerpo del Ejército. Algunos sobrevivientes contaron que escuchaban los gritos
de la Flaca y de Toty, que entre llantos decían que los iban a matar.
“En la Jefatura también estaba la
Alcaidía, a cien metros del centro clandestino de detención, donde había
detenidos legales”, explicó a Infojus Noticias la abogada de la Asamblea
Permanente por los Derechos Humanos Gabriela Durruty, querellante en la
megacausa Feced.
Entre el 15 y el 17 de marzo
estaba anunciada una visita de la comisión de veedores Cruz Roja Internacional
por denuncias de torturas y malos tratos. Según relató un sobreviviente, a “los
que estaban detenidos ilegalmente y muy golpeados” los subieron a un camión y
los tuvieron dando vueltas durante horas. “Finalmente la visita al centro
clandestino no se llevó a cabo”, contó Durruty.
Carmen Lucero estaba detenida en
una pieza que se comunicaba por una escalera con La Favela. Hasta ahí llegaban
los gritos de la Flaca y Toty, o los veía cuando los bajaban para bañarlos. La
última vez que los escuchó fue la madrugada del 24 de marzo de 1977, en el
primer aniversario del golpe. Ese día se los llevaron y no volvieron. “A ella
la asesinaron en un operativo fraguado. La pusieron adentro de un auto con dos
personas y los prendieron fuego”, explicó Nievas.
El caso de Analía será juzgado en
el tercer tramo de la megacausa Feced, que fue elevado a juicio la semana
pasada. Entre los represores que estarán en el banquillo de los acusados
estarán los miembros de la patota del ex jefe de la Policía de Rosario, Agustín
Feced, y el capellán Eugenio Zitelli. Están acusados por los delitos de
homicidio, privaciones ilegítimas de la libertad, aplicación de torturas y
tormentos y delitos sexuales cometidos contra más de 150 víctimas.
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