Militares estadounidenses
desembarcarán este mes en Paraguay. Se trata de un Grupo de Fuerzas Especiales,
llamadas a “cooperar” en el combate al narcotráfico y los grupos narcos que se
establecen en el norte del país guaraní. Sin embargo, no parece ser la única iniciativa
que tienen los Yankees para volver a tener presencia en tierras
latinoamericanas. Se trata de una nueva avanzada con el fin de mantener la
rienda corta ante el temor de crecientes pensamientos populares en la región y
la aparición de la amenaza chino-rusa en alianzas con los gobiernos locales.
Por Juan Alberto Perez.
Con el apoyo de la Cámara de
Senadores del país vecino, instructores de la Guardia Nacional de Carolina del
Norte estarán instalados un mes en Paraguay. Según lo que informa el diario EL
PAIS, llegan con sus respectivos equipos, armas y municiones con la intención
de realizar ejercicios en conjunto con las fuerzas guaraníes. No se trata de la
primera ni la única intervención de la Armada estadounidense en suelo
sudamericano. Existen más de siete bases militares en Colombia y se presume de
la existencia de otras tantas en todo el continente. En Paraguay ya existen
denuncias de participación del Comando Sur de los EEUU y el Mossad israelí en
el norte del país a partir de la ley de militarización que sufre esa zona.
La historia de relaciones
“carnales” entre EEUU y Latinoamérica tiene larga data. Primero, podemos
recordar las teorías desarrollistas de la década del ’60, que tenían como
“fuente de inspiración” al país del norte y su tan mentado sueño americano.
Allí se exponía que las naciones menos desarrolladas- a ojos de los imperios,
llamese EEUU y Gran Bretaña- debían seguir el camino de las potencias centrales
para lograr sociedades altamente desarolladas y plenas. Y de esta manera, estas
potencias le proveerían el ejemplo para que en un determinado tiempo esta
receta les cause efecto. Sin embargo, el inercambio no era simplemente
desinteresado, los países “periféricos” o de “tercer mundo”- a ojos del
imperio- debían comprarle a los centrales todo tipo de equipamientos y
herramientas que le permitan romper su sub desarrollo y así crecer;de todas
maneras el desarrollo sería una idea utópica debido a que cada vez que un
“sudesarrollado” alcanzaba los requisitos para desarrollarse los límites se
movían más arriba. Por ende, sería eternamente dependiente de los más
poderosos.
No obstante ello, al aparecer
voces críticas del “desarrollismo” y el crecimiento del fantasma “comunista” en
la región, el imperio, con EEUU a la cabeza, tuvo que intervenir antes que
corra peligro su posición dominante. Pero esta vez la participación fue mas
dolosa y con resutados durísimos para los paises latinoaméricanos. Hablo del
apoyo a las dictaduras en los ’70 a partir del Plan Cóndor por el cual la CIA y
las Fuerzas Armadas norteamericanas, entrenaron a los asesinos militares en
técnicas de persecución y tortura de personas. Al poco tiempo se dieron cuenta
del monsruo monstruo que habían creado los “defensores de la libertad”.
De todas maneras, el intento por
tener corto de tiro a su “patio trasero” no ceso allí. En los ’80 y los ’90 y a
partir del final de la guerra fría y la caída de “la ideología”, el
instrumuento que utilizaron fue más sutil y mucho más efectivo: la economía.
EEUU desarrolló e impulsó una doctrina
neoliberal que tenía por objetivo liberalizar el mercado, achicar la
presencia del Estado y así generar la intervención de empresas multinacionales
que pongan sus reglas en cualquier latitud de América Latina que se le ocurra.
Obviamente que en esta instancia contó con el apoyo de gobiernos muy deseosos
de quedar bien parados con el poder imperialista. Esta nueva forma de someter a
los pueblos logró que crezca inusitadamente la cantidad de pobres, favoreció al
desempleo y la generación de monopolios económicos.
A pesar de esto, al parecer en el
siglo XXI resurgieron en la región nuevamente ideas que proponen la
confrontación a los poderes hegemónicos, la construcción de pensamientos
críticos de nuestras realidades y la formación de espacios sociales que
fomenten de nuevo nuestras identidades. Tal parece que esto le hace ruido al
gigante del norte que pretende manenter su espada cerca de la garganta de
Latinoamérica, y sus garras mucho mas cerca de los recursos naturales que esta
tierra posee, ya sea el agua, petróleo, gas, etc.
En Paraguay no hace mucho tiempo
se sufrió un golpe “blando”- como le llaman ahora- al gobierno de Lugo, elegido
por su pueblo en elecciones libres y con mandato vigente. Ahora de manera
solapada, regresan a ocupar su territorio con la excusa de proteger el
bienestar del pueblo Guaraní, o quizás con la intención de que no se propague
la idea de un pueblo que pretende imponer sus condiciones para que no lo sigan
avasallando.
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