Carlos Francisco Sergio Mugica
Echagüe, (Buenos Aires, Argentina, 7 de octubre de 1930 - 11 de mayo de 1974),
fue un sacerdote y profesor argentino vinculado al Movimiento de Sacerdotes
para el Tercer Mundo y a las luchas populares de la Argentina de las décadas de
1960 y 1970.
El apostolado de Mugica se
caracterizó por su «opción preferencial por los pobres». La mayor parte de su
labor comunitaria tuvo lugar en la Villa 31 de Retiro, donde fundó la parroquia
Cristo Obrero.
Carlos Mugica murió asesinado a
balazos, después de celebrar misa en la iglesia de San Francisco Solano, en
Villa Luro.
Primeros años
Carlos Mugica nació en Buenos
Aires el 7 de octubre de 1930. Fue hijo de Adolfo Mugica (hijo) —fundador del
Partido Demócrata Nacional, por el cual fue diputado durante el período
1938-1942 y Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Arturo Frondizi
en 1961 y de Carmen Echagüe hija de terratenientes adinerados de Buenos Aires
era uno de los siete hijos que tuvo el matrimonio. Cursó sus estudios
secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires, del que egresó en 1948.
Luego tuvo un paso fugaz por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires. A los 21 años abandonó los estudios universitarios de Derecho para
ingresar en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires.
Mugica fue ordenado sacerdote por
el cardenal Antonio Caggiano el 20 de diciembre de 1959 en la catedral de
Buenos Aires. Junto con Mugica fue ordenado Luis H. Rivas, más tarde biblista
reconocido que lo ayudaría trece años después en la elaboración de un documento
de descargo.
Después de su ordenación como
presbítero, Mugica pasó un año junto al obispo (más tarde arzobispo) de
Resistencia, monseñor Juan José Iriarte. Luego fue designado vicario cooperador
de la parroquia Nuestra Señora del Socorro, con funciones en la secretaría del
cardenal Antonio Caggiano, mientras actuaba como asesor de jóvenes
universitarios (ver más adelante) y profesor de Teología en la Universidad del
Salvador. En 1954 comenzó a trabajar con fervor en la asistencia de familias empobrecidas
desde la parroquia de Santa Rosa de Lima, en la ciudad de Buenos Aires, se
acercó cada vez más al movimiento político denominado peronismo, y a algunas
ideas de Ernesto Che Guevara, Camilo Torres y Hélder Câmara, a quienes
mencionaría más tarde como «profetas de nuestro tiempo».
Accionar social
Además de su tarea pastoral en la
entonces Villa del Puerto que ocupaba los terrenos linderos al ferrocarril que
rodeaban el edificio de depósito del Correo, en la década del 60 Mugica era
asesor espiritual de la Juventud Estudiantil Católica del Colegio Nacional de
Buenos Aires y de la Juventud Universitaria Católica de la Facultad de
Medicina. En 1964, la JEC del Buenos Aires tomó fuerza con el ingreso de Carlos
Gustavo Ramus, que llegó a ser su Presidente, incorporando a Mario Eduardo
Firmenich, entre otros. Años más tarde, bajo la dirección de Fernando Abal
Medina, éstos fundarían la célula primigenia de la organización armada
Montoneros. A su vez integraron a compañeros de lo que luego sería la promoción
1967, como el "Tala" Ventura y Miguel Talento, que ya en la
Universidad conducirían la Juventud Universitaria Peronista, rama universitaria
de la Tendencia Revolucionaria de la Juventud Peronista, y la conducción de
Montoneros.
Carlos Mugica en 1970.
Mugica formó a esos jóvenes en la
cosmovisión de Pierre Teilhard de Chardin, en el humanismo de Jacques Maritain,
y en la doctrina del compromiso con el mundo de Emmanuel Mounier, Yves Congar,
y Michel Quoist, teólogos de cabecera de las nuevas generaciones.
Fue uno de los 270 sacerdotes que
el 31 de diciembre de 1967 adhirieron al Mensaje de los 18 Obispos del Tercer
Mundo, número que meses después alcanzó 400 que desde abril de 1968 decidieron
llamarse Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y conformaron un Comité
organizador.
En referencia al tema de la lucha
armada, en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo al que Mugica
pertenecía— existía una gradación de posturas de los sacerdotes enrolados,
desde las radicalizadas hasta las moderadas, situación que continuaría luego de
la muerte de Juan Domingo Perón en 1974. A diferencia de otros sacerdotes
tercermundistas como el padre Alberto Carbone, asesor nacional de la Juventud
de Estudiantes Católicos, que mantenían un contacto más cercano con las
llamadas «formaciones especiales», Mugica se alejó de la justificación
teológica de la violencia armada.
En 1969, durante el gobierno de
Juan Carlos Onganía, se decretó el estado de sitio, se clausuró la
Confederación General del Trabajo de los Argentinos y se produjo el arresto de
Raimundo Ongaro y Agustín Tosco, entre otros. Carlos Mugica y Reinaldo
Conforti, asesor nacional de Juventud Obrera Católica, declararon en nombre del
Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo de Buenos Aires que se trataba de
una situación de tiranía, y señalaron que el gobierno, que se decía católico,
sería responsable de que un pueblo religioso y creyente se volcara por
desesperanza al ateísmo y al materialismo. El 6 de diciembre de 1972, a
instancias de Carlos Mugica, sesenta integrantes del Movimiento de Sacerdotes
para el Tercer Mundo fueron recibidos por Juan Domingo Perón en su residencia
de Vicente López. Las respuestas de Perón, de tono generalista y ambiguo, no
resultaron satisfactorias para muchos, pero el rumbo de la opción política
asumida por la mayoría no se modificó.
En 1973, se publicó un libro
titulado Peronismo y cristianismo, que contenía fragmentos de artículos
escritos por Carlos Mugica para diversos medios gráficos durante la
autodenominada Revolución Argentina; en tanto que el capítulo El rol del
sacerdote era el texto de una disertación pronunciada en el Instituto de
Psicología Integral, como parte del ciclo Ideología y Rol Profesional, que esa
institución programara en 1971. En la obra Entre dos fuegos. Vida y asesinato
del padre Mugica se señala que se trata de un apócrifo realizado sin el
consentimiento de Mugica.
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