En una muestra de periodismo oficialista digna de destacar,
Nicolás Wiñazki armó un escenario de caos y paranoia con la escalofriante
cantidad de ¡0 (cero) fuentes chequeables!
Por Jorge
Giordano
Con el objetivo de alimentar la expectativa de un diciembre
conflictivo, Wiñazki comienza su nota relacionando el tiroteo de la casa de
Diosnel Pérez, referente del Frente Popular Darío Santillán que responsabilizó
a narcotraficantes por el hecho, con la preocupación de "la Casa
Rosada" sobre "incidentes sociales confusos" que derivarían en
"tomas de tierra. Saqueos. Violencia" (sic).
Para sustentar esa hipótesis cita a "fuentes del área
de Defensa y Seguridad", "influyentes consejeros del
Presidente", "la Casa Rosada", "un asesor del
Presidente". Ni una sola persona concreta es mencionada como fuente de
información. Esto puede significar dos cosas: decidió resignar absolutamente la
credibilidad de la nota periodística, o evidenciar que el actual gobierno no
sólo está conformado por tecnócratas, sino por robots humanoides carentes de
identidad.
El temor por la toma de tierras no es contrastado en ningún
momento con su origen real, el grave déficit habitacional concentrado en las
zonas urbanas y conurbanas de gran parte del país. ¿Quién sería responsable del
caos decembrista? "La oposición peronista", "Punteros K",
"la Federación de Organizaciones de Base de Rosario". ¿Según quién?
Según las “fuentes”, oficiales, claro está.
Wiñazki aclara que el plan para contener los potenciales
desmanes debe "mantenerse en total confidencialidad". Seguramente por
esa razón las fuerzas de seguridad le brindan la información al diario más
leído del país.
Clarín junta datos inconexos y hasta incomprobables para
crear un clima de conflictividad atribuible a las organizaciones del campo
popular. En el párrafo siguiente cuenta cómo piensan "contenerlos"
mediante el conjunto de las fuerzas represivas. La conclusión sale sola. Clarín
prepara el terreno para la represión.
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