El 17 de diciembre de 1999 Gendarmería desalojó el puente interprovincial Gral Belgrano con una brutal represión . Dos jóvenes perdieron la vida
y hubo más de 50 heridos.
En 1999 Corrientes atravesaba una profunda y grave crisis
económica que alcanzó rápidamente ribetes sociales que desembocaron en fuertes
protestas. Sumado a muchos conflictos políticos, la situación desencadenó la
17ª Intervención Federal a la Provincia y una represión en el puente General
Belgrano que terminó con la vida de dos jóvenes: Mauro Ojeda y Francisco
Escobar.
La situación comenzó a fines de 1998, cuando el gobernador
Pedro Braillard Poccard tuvo serios problemas para afrontar el pago del
aguinaldo y en el comienzo de 1999 el panorama no era alentador. Entre febrero
y marzo había empezado a gestarse una figura nueva que fue crucial en los meses
siguientes: los autoconvocados.
Los empleados públicos tampoco cobraron sus salarios de
marzo, abril y mayo y la paciencia se fue terminando. En toda la provincia
surgieron marchas que con el paso de los días se fueron haciendo cada vez más
masivas. Tal es así que el lunes 7 de junio fue la fecha que marcó un antes y
un después en los reclamos, con una multitudinaria protesta. Empleados públicos
de toda la provincia llegaron a la Capital, cortaron el puente Belgrano y se instalaron
en la plaza 25 de Mayo frente a la gobernación.
El Gobierno nacional comenzaba a analizar la situación de
Corrientes y el fantasma de una nueva intervención federal ya sobrevolaba la
provincia.
El sábado 19 de junio Pedro Braillard Poccard fue suspendido
en sus funciones por un juicio político que fuera reclamado por los docentes
provinciales y aprobado por la Cámara de Diputados. Asumió el vicegobernador
Víctor Hugo Maidana, que tampoco encontró soluciones a la crisis y fue
desplazado el 2 de julio. El vicepresidente primero del Senado, el peronista
Hugo Perié, tomó entonces el mando del Poder Ejecutivo.
Braillard Poccard y Maidana fueron finalmente destituidos el
26 de noviembre, . Algunos sectores políticos le reclamaban a
Perié que se corra del centro, proclamándose incluso al liberal Carlos
Tomasella nuevo gobernador y anunciando una fecha de elecciones para fines de
marzo.
Sin embargo esas ideas quedaron truncas cuando ante lo
sostenido de la crisis y la falta de acuerdos políticos internos que
permitieran destrabar la solución, Fernando de la Rúa intervino la provincia el
15 de diciembre en una de sus primeras medidas como presidente.
A través de la ley 25.236 se dispuso “la intervención a la
provincia de Corrientes a fin de garantizar la forma republicana de gobierno” y
determinó “la inmediata caducidad de los mandatos del gobernador y
vicegobernador y de los miembros del Poder Legislativo”, además de declarar “en
comisión a los miembros del Poder Judicial”.
Pero el espeso ambiente social ya estaba en el punto de
ebullición. Entre finales de noviembre y principios de diciembre se habían
vivido momentos de violencia entre la represión de Gendarmería y la resistencia
de los manifestantes, que a esa altura ya se contaban de a miles.
El 17 de diciembre todo fue peor. Una orden de desalojar el
puente generó una brutal refriega encabezada por el comandante de Gendarmería,
Alberto Chiappe.
Dos personas murieron: los jóvenes Mauro Ojeda y Francisco
Escobar cayeron desvanecidos por el plomo de los uniformados en el cruce de la
calle Chaco con la avenida 3 de Abril. Además hubo más de 50 heridos.
Nunca quedó en claro de dónde vino la orden de reprimir, ya
que los Juzgados Federales y el Gobierno nacional se desentendieron
rápidamente, pero la realidad era una sola: Mauro y Francisco ya estaban
muertos. Ellos reclamaban soluciones a la caótica situación provincial y hasta
hoy nadie respondió por esos crímenes en la Justicia, quedando todavía impunes.
Francisco Escobar tenía 25 años, era cartonero y tenía una
hija. Mauro Ojeda, de 19, limpiaba parabrisas en la avenida Maipú para ayudar a
su mamá. Los dos venían de familias muy humildes, y fueron velados en sus casas
sin que ningún referente político se acercara a
expresar sus condolencias u ofrecer ayuda.
Se vendrían casi dos años de Intervención Federal comandada
primero por Ramón Mestre y luego por Oscar Aguad, ambos radicales cordobeses.
Fueron tiempos conflictivos y difíciles, en sintonía con lo
que se vivía en todo el país. En la Justicia nadie se hizo responsable por los
crímenes de Mauro y Francisco. Sus familias siguen sufriendo la impunidad.
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