Por Silvina Oranges
La desclasificación de los archivos
secretos de las fuerzas armadas sobre la guerra de Malvinas, conocidos esta
semana, testimonia y ratifica las graves violaciones a los derechos humanos que
fueron cometidas contra los soldados por parte de sus superiores, y revela un
plan de la dictadura para ocultar estos delitos al regreso de las tropas al
continente.
Un primer informe del material
que sale a la luz 33 años después de la guerra fue entregado esta semana por el
ministro de Defensa, Agustín Rossi, a la Comisión Nacional de Ex Combatientes,
luego de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ordenará -a través
del decreto 503/15- la desclasificación de toda la documentación vinculada a
Malvinas que se encontraba en los archivos de las fuerzas armadas.
"Estos documentos corren el velo
de hechos que fueron ocultados durante años por las propias fuerzas armadas y
serán un gran aporte para la justicia", manifestó a Télam Ernesto Alonso,
titular de la comisión de ex combatientes e integrante del CECIM de La Plata,
que motorizó en 2007 la denuncia ante la justicia por las torturas y vejámenes
que sufrieron los soldados durante el conflicto bélico.Entre la documentación
desclasificada, se encuentran las denominadas "actas de recepción"
que debieron completar los soldados a su regreso al continente, al término de
la guerra, donde se dejaba constancia del estado de salud y las condiciones con
las que habían sido tratados en las islas.
Los documentos fueron analizados
por un grupo de investigación dependiente de la Dirección Nacional de Derechos
Humanos y Derecho Internacional Humanitario, digitalizada por el equipo de
archivos de esa dependencia y su inventario puede ser consultado en la web
www.archivosabiertos.com."Estos documentos corren el velo de hechos que
fueron ocultados durante años por las propias fuerzas armadas y serán un gran
aporte para la justicia"
Ernesto Alonso, titular de la
comisión de ex combatientes
"La documentación es
muchísima. En este primer relevamiento de los casos más emblemáticos, hicimos
entrega de unas 700 actas, donde los testimonios -clasificados como secretos-
acreditan los maltratos contados por las propias víctimas o por compañeros que
relatan lo que vieron", explicó a Télam Stella Segado, directora de
Derechos Humanos de la cartera de Defensa.
La mayoría de esos testimonios
relatan que sufrieron pie de trinchera -congelamiento de los pies por la
humedad y el frío del terreno-, desnutrición, casos de estaqueamiento,
enterramiento en fosas y otros tipos de castigos físicos por haber dejado sus puestos
para salir en busca de la comida que escaseaba entre los soldados.
La información desclasificada
será remitida en los próximos días a la justicia federal de Río Grande, en
Tierra del Fuego, donde tramita la causa por abusos sufridos por soldados durante
el conflicto del Atlántico Sur, y también a la Procuración General de la Nación
para el seguimiento del expediente.
Una de las actas, a la que
accedió Télam, da cuenta del testimonio de un teniente primero que relata que
un oficial "lo ató de pies y manos a la espalda, colocándolo de cara al
suelo, en la arena mojada de la playa, desde las 9 hasta las 17 horas", u
otro de un sargento que recibió patadas en los testículos por lo cual debió ser
operado.Otro documento secreto -firmado por el entonces comandante en jefe del
Ejército, teniente general Cristino Nicolaides, el 30 de diciembre de 1982,
seis meses después de terminada la guerra- revela un plan de la dictadura para
ocultar esos delitos cometidos en las islas.
En el texto -rotulado como
"secreto" por el Ejército- Nicolaides dejó asentados los lineamientos
para ocultar las torturas y vejámenes que aplicaron a los conscriptos, en una
nota dirigida al comandante del V Cuerpo del Ejército.En esa nota, a la que
también pudo acceder Télam, se indica que a la hora de impulsar una
investigación interna, los vejámenes fueran considerados como simples
"faltas disciplinarias" y que en los casos en que sea imposible por
la gravedad del hecho, que se le informe la situación a él en persona para resolver
el problema."En los casos en que se acreditare alguna infracción las
respectivas resoluciones no excederán el ámbito disciplinario, dentro de pautas
de mesura, guardando la adecuada reserva", fue la orden escrita por
Nicolaides, a fin de evitar filtraciones a la sociedad en un momento en que los
dictadores procuraban conservar el poder tras la derrota en la guerra."Esta
documentación demuestra que hubo una planificación de Inteligencia para evitar
que los relatos de los soldados trascendieran cuando volvieran al
continente", explicó Alonso, quien adelantó que todo el material
desclasificado también será remitido a la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH).
Los ex combatientes recurrieron a esta instancia por "negación de
justicia" luego de que la Corte Suprema de Justicia declarara prescripta
la causa y clausurara la investigación.
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