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viernes, 23 de junio de 2017

Corrupción en la Corte Suprema: cómo el Gobierno compró el voto de Highton de Nolasco para el 2×1 en lesa humanidad

Fue a cambio de la permanencía de Elena Highton de Nolasco, que supera los 75 años de edad, como ministra de la Corte. Por eso la magistrada dio su voto a favor del 2×1 sin siquiera haber estudiado el fallo. En la maniobra participaron el flamante ministro de la Corte Carlos Rosenkrantz y Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el mismo que intentó nombrar por decreto a Horacio Rosatti y Rosenkrantz como jueces de la Corte. La intención fallida del Gobierno era fidelizar un millón de votos militares, mediante aliviar la situación de los represores presos, y mitigar la bronca por el recorte presupuestario que se intenta llevar adelante en el ministerio de Defensa, para bajar el déficit fiscal.

Por Lea Ross | @LeandroRoss y Javier Llorens

La historia podría llamarse como la Semana que estremeció el país. El primer día fue cuando la Corte Suprema de Justicia emitió su sentencia al caso “Bignone, Reynaldo Benito Antonio y otro s/a determinar”, que convalidó el beneficio del 2×1 al condenado por crímenes de lesa humanidad Luis Muiña. Y una semana después, como cierre de ella, el Boletín Oficial publicó la Ley 27.362, que inhabilitó ese beneficio para dichos crímenes. Aprobada con un casi unánime consenso parlamentario, el mismo día en que el máximo tribunal anunció que iba a realizar una revisión del 2×1.

Detrás de todo esto que sucedió entre el 3 de mayo y el 11 de mayo pasado, ocurrieron situaciones que son reiterativas en nuestra historia: impulso de leyes de impunidad, masivas resistencia sociales en las calles, preocupaciones electorales, intereses sectoriales, tribunales cooptados por el poder político, personajes que operan en la política y la justicia, etc. Pero quizás nunca en la historia Argentina reciente se habían expuesto todas estas situaciones de manera tan abierta y tan acelerada.

Como si esa semana fuese, en términos borgeanos, un aleph en el que confluye todo lo que vemos reiteradamente en la historia social del país, pero encapsulados esta vez en un tiempo más reducido. Como el cuento de Jorge Luis Borges, de título homónimo, que lo definía como el punto donde convergen todos los puntos, algo de eso ocurrió en Argentina hace un mes atrás.

Pero esta historia no se reduce a esa semana. Detrás existió toda una maniobra que decantó en la decisión de beneficiar a los represores de antaño, y sus consecuencias sociales, que fueron incontrolables para quienes detentan el poder. Y terminó generando una pésima imagen de la mayoría de los magistrados que conforman la Corte Suprema. En particular, de los tres integrantes que votaron a favor del polémico fallo: Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Elena Highton de Nolasco.

Ver Prevaricato de la Corte: el 2×1 no correspondía para narcos, terroristas, lesa humanidad, ni para el cura Grassi

Rosatti y Rosenkrantz fueron los dos ministros de la Corte que el presidente Mauricio Macri intentó frustradamente, ante el repudio masivo, designarlos por decreto cinco días después de haber asumido su cargo. Amparándose en el Artículo 99 inciso 19 de la Constitución Nacional, que establece que el Presidente: “Puede llenar las vacantes de los empleos, que requieran el acuerdo del Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima Legislatura”.

En respuesta a ello, el abogado constitucionalista y ex juez federal Miguel Ángel Villafañe opinó que “de ninguna manera esta interpretación de ‘empleado’, con lógica de subordinación, puede aplicarse a la designación, especialmente, de los miembros de la Corte Suprema, que integran la cabeza de uno de los tres poderes independientes del Estado Nacional y que es esencial para la vigencia del Federalismo en Argentina”.

Ver El decreto de Macri respecto la Corte Suprema, un inconstitucional atentado contra el Federalismo

Ver La ostensible ilegalidad del decretazo con el que Macri avanzó sobre la Corte Suprema

Mientras que Highton de Nolasco, estuvo en la agencia mediática en febrero de este año, cuando anunció su pretensión de continuar con su cargo en la Corte Suprema, después de haber cumplido 75 años en diciembre. Ese es el tope que impone la Constitución para los magistrados judiciales. La jueza presentó un amparo judicial en diciembre con ese objeto, y a principios de febrero recibió un fallo a su favor por parte del juez en lo Contencioso Administrativo Enrique Lavié Pico, que calza la fama de ser un “juez político”.

Su simple argumento fue que el Artículo 110 de la Constitución establece que los jueces “conservarán sus empleos mientras dure su buena conducta”, sin considerar otras disposiciones de ella. Y no obstante que en el amparo el ministerio de Justicia se opuso terminantemente a que Highton de Nolasco continuara en su cargo, a continuación curiosamente, se olvidó de apelar. Dejó que los plazos para hacerlo se extinguieran, adquiriendo así el fallo de Lavié Pico carácter de cosa juzgada, permitiendo así el Gobierno por omisión la continuación de la única mujer en la Corte Suprema.

https://www.pagina12.com.ar/18836-la-doble-vara-del-pro-ataca-de-nuevo

Al haber designado previamente a los dos jueces que pretendía, y con Highton de Nolasco favorecida por la falta de voluntad del Gobierno en seguir obstaculizando su afán de perpetuarse en la Corte, el máximo tribunal quedó así conformado con una mayoría de tres magistrados, que recibieron beneficios “laborales” por parte del actual gobierno nacional: dos que consiguieron “empleos”, y una tercera que logró conservarlo.

La historia que se narra a continuación embarra aún más todavía la Corte. Ya que muestra cómo el juez Carlos Rosenkrantz “cajoneó” el expediente de Leopoldo Schiffrin, con el que posteriormente la Corte Suprema reimpuso el tope de edad para los jueces, con el objeto de que en el mismo la Corte fallará después del mencionado fallo de Lavié Picó a favor de Highton de Nolasco.

Convirtiéndose además en un intermediario decisivo, para que el Gobierno no apelara este fallo, que hubiese llevado en definitiva a que el caso de Highton de Nolasco se unificara con el de Schiffrin, o se viera afectado por este. Así Rosenkrantz habría ayudado de doble manera a la única mujer de la Corte a mantenerse en  su cargo, a cambio de obtener el tercer voto indispensable, para lograr la mayoría en el polémico fallo del 2×1.

Esta es una historia que mezcla las operaciones y las inoperancias, las especulaciones y las torpezas. Que atraviesa y toca a fondo el período más oscuro que vivió nuestro país, cuyas heridas abiertas todavía no logran cicatrizar. Y para colmo de males, esto suscitó toda una serie de reacciones políticas y judiciales, que se comportan como sales que se echan en esa herida que permanece abierta. Esta es la verdadera historia detrás del fallo del 2×1.

Rosenkrantz, el juez favorito de Macri, y la ruta del expediente del caso 2×1.


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