Un día como hoy,28 de abril de 1965 y por orden del presidente de Estados
Unidos, Lyndon B. Johnson, se produjo la segunda intervención de Estados Unidos
a República Dominicana -la primera se prolongó de 1916 a 1924- con un desembarco
de 400 infantes de la Marina norteamericana, con el pretexto de proteger el
perímetro de la embajada de Estados Unidos y la supuesta salvación de vidas de
ciudadanos estadounidenses.
Esta segunda ocupación militar se prolongó bajo el fuego
explosivo y la resistencia viril y dominicanista hasta 1966. A la denominada
Operación Power Pack y a los primeros marines, más tarde se unieron los
miembros de la denominada 82 División Aerotranspostada del Ejército de Estados
Unidos.
El antecedente inmediato la proclama del retorno a la
Constitución de 1963 promulgada por el presidente Juan Bosch y su reposición al
poder, luego del golpe de Estado que se produjo el 25 de septiembre de ese
mismo año.
Con la asonada golpista fueron fracturadas todas las
iniciativas democráticas alcanzadas por la gestión de Bosch y mutilados los
preceptos más progresistas plasmados en la Constitución de 1963.
Los dominicanos se levantaron en armas al fraguarse la
Revolución de Abril, que contó con el liderazgo de los coroneles Francisco
Alberto Caamaño Deñó y Rafael Tomás Fernández Domínguez.A los antecedentes de
dominación del Gobierno de facto del triunvirato y su desconocimiento de la
Constitución de 1963, el descontento social iba en aumento, y las
manifestaciones de ese descontento movilizaron gran parte de la población que,
con la idea de la reposición de Bosch al poder constitucionalmente elegido,
culminó en lo que más tarde los constitucionalistas llamarían una Guerra
Patria.Estados Unidos temía que en República Dominicana se forjara otra Cuba,
lo que configuraba una situación difícil, dado el antecedente de Fidel Castro y
sus barbudos y, dada, de igual modo, la posición estratégica del país.
Hombres como Francisco Alberto Caamaño Deñó, el coronel
Ramón Manuel Montes Arache, comandante de los Hombres Rana de la Marina de
Guerra, el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, y otros, que se lanzaron
en la zona constitucionalista a luchar contra un orden establecido, que lesionó
la soberanía nacional, levantaron la antorcha para mostrar al mundo una
decisión indoblegable de lucha por el decoro, a pesar de la sangre derramada de
cientos de hombres y mujeres en las calles del país.
Fuente: Listín Diario
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