POLITICA QUEBRÓ EL PACTO DE SILENCIO
Julio Verna fue médico de Campo de Mayo durante la dictadura
y aplicaba sedantes a detenidos que iban a ser arrojados al mar. “Las personas
quedaban despiertas pero paralizadas por la anestesia”, relató Pablo, su hijo y
denunciante.
Pablo Verna, es el hijo mayor de Julio Alejandro Verna,
médico con grado de Capitán Retirado del Ejército Argentino. Durante la
dictadura militar, Verna trabajó como médico anestesista y traumatólogo en el
hospital que funcionaba dentro del centro clandestino de detención y exterminio
de Campo de Mayo.
Foto:El País |
Verna hijo se animó a través de un informe en Telefé
Noticias, a describir las aberrantes funciones que realizó su padre, ya que el
sistema penal no le permite denunciarlo si no se trata de un delito cometido
contra él mismo u otro familiar. "Mi mamá hablaba con otros familiares de
lo que hacía mi viejo, no conmigo. Un día, después de tantas contradicciones
que fui recopilando, lo interpelé y lo descubrí", relató.
En el informe Pablo denunció que su padre era el encargado
de aplicar sedantes a los detenidos que iban a ser arrojados al mar en los
vuelos de la muerte, e incluso subía a los aviones por si despertaban antes de
tiempo, para reforzar la dosis: “Las personas quedaban despiertas pero
paralizadas por anestesias”, describió visiblemente conmovido.
Asimismo, aseguró que su padre participaba de allanamientos
y secuestros por si resultaba herido alguno de los integrantes del grupo, y
también cumplía tareas atendiendo a los prisioneros en el centro de detención,
para que pudieran soportar nuevas sesiones de tortura.
Pablo recordó, además, que dentro de su casa su padre se
jactaba sobre su accionar en los escuadrones de Campo de Mayo, el Centro
Clandestino que secuestró y mató a casi 5 mil personas y no dejó
sobrevivientes, lo que complica a la justicia para condenar a los responsables
de los delitos de lesa humanidad.
Denuncia. Cuando comenzaron los juicios de lesa humanidad,
Pablo interpeló a su padre y obtuvo un registro de audio con la confesión de
los hechos. El 23 de diciembre del 2013 Pablo se presentó en la Secretaría de
Derechos Humanos y lo denunció. La Secretaría presentó la denuncia al juzgado
que lleva la causa de Campo de Mayo - “vuelos de la muerte”, TOF 1 DE SAN
MARTIN. La Jueza Alicia Vence aún no avanzó con la causa.
“La duda tan tremenda que tenía ya era una certeza y
confirmaba lo que mi mamá me había dicho. Fue un alivio. Y ahí empezó el
sufrimiento, el duelo, el dolor de que haya participado de estos crímenes”,
relató Verna hijo.
Julio Verna transita sus días en un departamento de la calle
Simbron al 3000, en Villa del Parque. Entra y sale de su vivienda como si nada
hubiera sucedido. Al ser consultado para el informe de Telefe Noticias, se negó
a dar declaraciones y dijo que “hablen con el juzgado”. Pablo, desde entonces dejó
de ver a su padre. “Hacé una investigación, yo no voy a dar ningún nombre ni
datos”, le advirtió.
Este año el joven, abogado de 44 años, se unió al grupo
“Historias desobedientes” que integran hijos de represores que repudian los
actos de sus padres. La iniciativa surgió por la exposición pública de Mariana
Dopaso, la hija de Etchecolátz. “Es una forma de aportar nuestro grano de arena
a la lucha por Memoria, Verdad y Justicia que los organismos de derechos
humanos libran desde hace años. Venimos de distintas historias, y tras
asumirlas queremos dar testimonio en los Tribunales”, sostuvo.
Con el apoyo de esa agrupación Pablo escribió un proyecto de
ley donde propone modificar el código penal donde los hijos de las personas
sospechadas de Delitos de Lesa Humanidad puedan declarar/denunciar a sus
padres. “La otra alternativa era quedarme en silencio, es una complicidad mucho
más que jurídica, lo hice por mí y por la humanidad”, concluyó.
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