Informe técnico
Antes de iniciar su última misión, hace 40 días, el
submarino ARA San Juan "había sido reparado y estaba en perfectas
condiciones", según reveló hoy a Clarín una alta fuente del Gobierno.
Los ajustes a su reparación de media vida (que se completó
en 2014) habían sido realizados antes de este viaje en el que desapareció el
último miércoles.
La nave había participado de un ejercicio de la Armada que
terminó en la Isla de los Estados y "no había reportado ninguna
avería". Así, la fuente descartó que hubiese estado controlando la pesca
ilegal en la llamada milla 201.
"Los submarinos son como los aviones: si todo no está
perfecto, el comandante no da la orden de salir", agregó la fuente.
En el Gobierno se preguntan una y otra vez por qué el
miércoles a la mañana el comandante capitán de fragata, Pedro Martín Fernández,
llamó a su base para reportar una "avería, un cortocircuito", pero un
rato más tarde afirmó que el problema "había sido solucionado".
Los detalles de las reparaciones y las dudas fueron
detallados ayer por la cúpula de la Armada al presidente Mauricio Macri, que al
ser ingeniero recibió una explicación técnica. El ministro de Defensa, Oscar
Aguad, también recibió el informe, indicaron las fuentes.
El mantenimiento de media vida del ARA San Juan, ahora
puesto bajo la lupa del debate público por el accidente que sufrió la nave, fue
realizado en el Complejo Industrial Naval Argentino (CINAR), en el sur de la
ex ciudad deportiva de Boca, donde se encuentran los astilleros Almirante
Storni (el ex Domecq García, la fábrica de submarinos de Massera) y Tandanor.
Si bien aún no se sabe qué sucedió con el submarino, el
vocero de la Armada, Enrique Balbi, dijo que el miércoles pasado el comandante
reportó “problemas en las baterías, un cortocircuito”. El San Juan tiene 90
baterías y cada una pesa 500 kilos. Al incendiarse pueden perder hidrógeno, lo
que contamina el oxígeno en la nave.
La pista que dio Balbi abrió un debate entre especialistas
para saber qué pudo haber pasado el miércoles pasado. Una vez que el San Juan
sea localizado y se realice la operación de rescate, el ministerio de Defensa
investigará en un sumario interno qué sucedió con la nave y se pondrá a
disposición de la Justicia de Mar del Plata, que deberá determinar si fue un
accidente producto de la negligencia o de la falta de mantenimiento, entre
otras hipótesis.
El ARA San Juan fue construido en el astillero alemán
Thyssen Nordseewerke y está al servicio del país desde 1985.
Fue comprado por el ex almirante y dictador Emilio Massera
dentro de un contrato que incluía en total seis submarinos. Dos llegaron
navegando. Los otros cuatro se iban a ensamblar en el Domecq García, que fue
diseñado como una fábrica de submarinos, un proyecto faraónico de Massera.
Es decir, es un submarino que ya tiene 32 años.
Durante la guerra de Malvinas, el único que entró en la zona
de exclusión fue el ARA San Luis, que logró estar sumergido 39 días sin ser
detectado, pero no pudo hundir ningún barco británico porque fallaron sus
torpedos.
En 2008, tal como reveló Clarín entonces, las empresas
Corporación para la Defensa del Sur (Codesur, de Mario Montono), Tandanor y
Marena pulsearon por la licitación de la Armada para la reparación del
submarino "San Juan" por unos US$ 16 millones. El trabajo era muy
complejo: había que cortar por la mitad a un submarino de 65 metros de largo,
que pesa 2.260 toneladas, para poder sacarle los viejos motores (no salen por
la torreta) y colocarle unos nuevos, entre otros trabajos.
La reparación de media vida del submarino "Santa
Cruz" se llevó a cabo en 1999 en un astillero de Brasil porque el
menemismo había cerrado o disminuido la capacidad de los astilleros estatales.
La pelea por el contrato del San Juan había comenzado en
mayo de 2004 cuando la Armada llamó a licitación para el cambio de baterías
(tiene 90 y cada una pesa 500 kilos), entre otras tareas. Las ofertas recibidas
para el cambio de baterías fueron de Codesur (691.913 pesos) y Tandanor
(527.298) pero ambas "presentaron notas cuestionando al oponente",
había dicho el contraalmirante Carlos Sanchez, director de Material Naval de la
Armada.
Finalmente, por decisión del kirchnerismo, los trabajos
quedaron en manos de la Armada y del Complejo Industrial Naval Argentino
(CINAR).
La Armada estuvo a cargo de los trabajos de “replacado y
reparación de las 960 baterías, los sistemas de comunicación, armamento y
también tenía un contrato con Siemens por el reemplazo los cuatro motores
diesel y uno eléctrico”, explicó a Clarín una fuente naval. Tandanor hizo las
tareas del corte y posterior soldadura del casco, más todos los sistemas de
tuberías y lo relacionado con otras estructuras de hierro. En el 2011 se volvió
a soldar el casco del submarino.
La Armada tenía “un convenio con Varta y capacitan en forma
permanente a personal de la Armada para las tareas de reemplazo porque las
baterías pueden perder hidrógeno, que es muy peligroso”, precisó la fuente
naval.
Luego de la reparación de media vida “se realizaron todas
las pruebas y que fueron supervisadas por una llamada sociedad de
clasificación, que es la que supervisa que se cumplan los estándares de
calidad”.
En 2014 fue inaugurado con bombos y platillos por el
entonces ministro de Defensa, Agustín Rossi.
En el momento del accidente, el San Juan hacía casi 4 años
que estaba navegando luego de la reparación de media vida. Hasta hoy es un
misterio qué le ocurrió.
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