Escrito por Bernardo Veksler
Se produjo el 25 de noviembre de 1886. Si bien las
incursiones de exploradores, aventureros, buscadores de oro y estancieros
fueron dejando innumerables víctimas entre los nativos fueguinos, la matanza
consumada este día alcanzó relevancia por ser la primera llevada a cabo por
militares argentinos y por los testimonios que quedaron del injustificado
derramamiento de sangre. También, dejó evidenciado el desprecio por los pueblos
originarios que imperaba entre los que patrocinaron la “Conquista del
Desierto”.
Como parte del frenesí instalado entre los gobernantes y la
aristocracia porteña por ocupar los “desiertos” territorios de los pueblos
originarios, el general Julio Argentino Roca designó al capitán Ramón Lista
como jefe de la Expedición Exploradora de la Tierra del Fuego.
Cinco años antes, se había firmado un tratado con Chile que
delimitaba a grandes rasgos la frontera entre ambos estados. Así, cada país se
quedó con una porción de la isla Grande de Tierra del Fuego.
Detención masiva de nativos que fueron concentrados en
Ushuaia
En 1884, la expedición comandada por el comodoro Augusto
Lasserre había instalado el “Faro del Fin del Mundo” en la isla de los Estados
y la subprefectura fundacional de Ushuaia.
Lista partió de Buenos Aires, en el transporte “Villarino”,
el 31 de octubre de 1886. El contingente estaba integrado por 25 militares, el
médico Polidoro Segers y el salesiano José Fagnano.
El 24 de noviembre, el navío arribó a la bahía de San
Sebastián y los militares se aprestaron para el desembarco.
En la mañana siguiente, Lista y su gente se dispusieron a
explorar la región. En medio de la recorrida encontraron a un grupo de selk´nam
y, sin muchas razones, intentaron tomarlo prisionero. Ante la resistencia de
los fueguinos, el militar ordenó entonces a sus hombres abrir fuego y se desató
la matanza.
El propio Lista, en un texto escrito dos días después,
informó al presidente Miguel Juárez Celman de su “victorioso” operativo para
despejar un potrero en San Sebastián: “después de un ligero tiroteo, el
matorral fue desalojado quedando en nuestro poder algunos prisioneros, mujeres
en su mayor parte”.
En su libro Viaje al país de los onas relató que
"después de algunas descargas de carabinas, el matorral quedo a nuestro
poder, y sobre las zarzas veintiocho muertos, entre ellos un ona atlético, el
jefe…” (Lista).
Después del desigual combate regresó “al campamento general
con los prisioneros tomados de los cuales envío nueve a Buenos Aires en el
transporte “Villarino” para ser entregados a quien corresponda”.
Pero hubo otras versiones de los hechos: “El comandante Supr
dijo airado, que era una barbarie lo que hacen con los fueguinos. Embarcó a dos
criaturas en pañales a las que le mataron la madre, ocho chicos, cinco mujeres
heridas y varios hombres, algunos heridos otros no. Aseguran personas dignas de
fe que los indios se acercaron al personal de la expedición sin aires de
enemistad (…) A balazos primero y luego a sablazos mataron a muchos: 14 hombres
fueron hallados muertos, otros habrán muerto en el bosque donde huyeron.
Mujeres y niños tienen heridas, quien en la cabeza, quien en el pecho. Fue una
masacre que no se sabe explicar y menos cohonestar…” (Enrique Inda. El
exterminio de los onas).
Comandos armados de los estancieros
Los salesianos tomaron distancia de la masacre y relataron
que Fagnano se enfrentó con Lista y le recriminó su conducta criminal, la
respuesta del capitán fue amenazarlo con hacerlo fusilar.
A partir del testimonio del doctor Segers se pudo saber que
“cuando pisaron tierra firme en San Sebastián, y los 25 hombres de Lista y del
capitán Marzano hicieron fuego sobre los onas, dejando sobre la tierra fueguina
28 cadáveres, el sacerdote y el médico se levantaron, coléricos, en nombre de
la justicia y de la humanidad” (Inda).
No fue la única matanza consumada por esta expedición. El 11
de diciembre, en el cabo Peñas se repitió la historia: “Tomáronse algunos
prisioneros (mujeres y niños), quedando sobre las piedras dos indios muertos…”.
Segers dejó su testimonio: “En fin, acribillado por las
balas cayó el valiente y por conmiseración fue ultimado con un tiro de revólver
en el oído derecho. El reverendo Padre Fagnano, -capellán de la expedición-, y
yo, nos hemos hecho cargo de las criaturas abandonadas y mientras seguía el
tiroteo no podíamos menos que protestar indignados contra este acto de crueldad
que pasaba a nuestra vista sin que pudiéramos impedirlo”.
Lista, luego de esta expedición, fue designado gobernador de
Santa Cruz, donde mantuvo concubinatos y tuvo varios hijos con mujeres
tehuelches.
Con el paso de los años, la culpa del ocupante blanco por el
exterminio de los nativos fueguinos se fue haciendo visible y los legisladores
determinaron que todos los 25 de noviembre se conmemore el “Día del Aborigen
Fueguino”.
Forasteros masacradores
Las incursiones de los “civilizados” occidentales no
aportaron muchos rasgos humanitarios a los seres humanos que vivían en el
archipiélago fueguino, desde hacía unos diez mil años.
Cuatro etnias lo habitaban. Los nómades terrestres eran los
selk´nam, en el centro y norte de la isla, y los haush, en el extremo sudeste.
Los nómades canoeros eran los yámana, quienes habitaban las costas del Beagle y
el espacio insular hasta el cabo de Hornos, y los alacaluf, que prosperaban en
las costas del Pacífico austral.
Desde “los primeros viajeros, los buscadores de oro, los
cazadores de ballenas y lobos marinos: todos ellos causaron grandes
depredaciones, los primeros asesinatos e instauraron la costumbre de tomar
prisioneras para convertirlas en sus mujeres”.
Los estancieros “organizaron escuadrillas de cazadores de
indios y se pagaba por cabeza, por pares de orejas, testículos o mamas.
Emplearon varios métodos de matanza como persecución directa, acecho con
Winchester y perros adiestrados, envenenamiento de ballenas varadas (para los
nativos era una fiesta social y gastronómica) e inclusive organización de
festines con comida envenenada”.
Los gobiernos, argentino y chileno, “en su apoyo al reclamo
de los terratenientes” llevaron “a cabo la verdadera política de genocidio y
desaparición de los pueblos nativos”.
https://cronicasinmal.blogspot.com.ar/2017/11/25-de-noviembre-de-1886-la-primera.html?spref=fb
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