
Este es el sentido más profundo
que comparten las normas vigentes al respecto, la Ley N ° 5598 (2004) que
establece la lengua Guaraní como idioma oficial alternativo de la Provincia ; incorpora en
los niveles del sistema educativo la enseñanza del idioma Guaraní e implanta el
fomento, la conservación y la difusión de la literatura en dicho idioma,
asimismo crea un Organismo Permanente de rescate y revalorización. Por su
parte, y más recientemente (2012), la
Ley N ° 6176, que instituye el día 28 de septiembre de cada
año como "Día Provincial de la Lengua Guaraní ", estableciendo que se
arbitren los medios para divulgar, incentivar y difundir en todo el territorio
provincial, diferentes expresiones culturales referidas a la Lengua Guaraní.
“Sin embargo a diario,
encontramos en las fuentes periodísticas, crónicas y artículos que describen y
narran las distintas problemáticas y problemas que suscita la lengua Guaraní en
nuestro territorio provincial, que van desde las enormes dificultades que
plantea llevar a la práctica lo dispuesto por la Ley 5598, que instituyó la obligatoriedad de la
enseñanza de la lengua guaraní en todos los niveles educativos, pero que solo
pudo implementarse como parte de proyectos educativos institucionales, hasta el
presente, solo en tres escuelas de toda la provincia. Otras noticias alertan
acerca de la alta deserción de alumnos rurales porque docentes no hablan
guaraní, es decir los niños abandonan la escuela porque NO entienden a sus
maestros e insisten en que se agregue el idioma en la currícula de formación”.
Desde el ámbito académico también
se han propuesto estudios que intentan dilucidar los motivos que limitaron la
transmisión del Guaraní en Corrientes, dando cuenta la trascendencia del tema
para nuestra configuración cultural.
“A cuántos de nosotros se nos
negó aprender nuestra hermosa lengua guaraní bajo los falaces argumentos de que
obstaculizaba el aprendizaje, que generaba una mezcla perjudicial con el
castellano de manera tal que no se utilizaría de manera correcta ninguno de los
dos, de que el guaraní era un "dialecto" de indios, “menchos”,
chacareros, “tapes” que animalizaba a aquel que lo hablase y lo denigraba de su
status social, así ya lo reflejaban y resumían los versos del Pai Zini:
“Primero nos podaron el idioma / Porque éramos indiada / Y hablar el guaraní
fue y es pecado /Porque es cosa de menchos, guarangada”. Groseras quimeras que
lo que pretendieron (y quizás lo lograron) era instrumentar la atroz dominación
cultural de las élites de poder europeizantes”, recuerda el legislador en el
marco de los fundamentos de proyecto aprobado por sus pares.
Hoy, se nos plantea la oportunidad
de reparar históricamente las injusticias y asimetrías que aún coexisten, y dar
lugar a la voluntad de acrecentar y sostener la diversidad cultural de la que
somos parte; éste es el tiempo de revalorizar nuestro legado, hoy nos dimos
cuenta y desde todos los ámbitos, que el guaraní nos enriquece, su cultura nos
lleva a la maravillosa dimensión de lo simple, de lo sencillo, ese soplo
espiritual profundo que se asienta en lo más recóndito de nuestro ser y nos
permite ser auténticos. Muy lejos de "entorpecernos", el guaraní nos
abre horizontes y nos otorga perspectivas, nos recuerda lo verdaderamente
valioso de la vida, nos acerca simbióticamente a la naturaleza y fraternalmente
a nuestro prójimo.
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