Nacido un 19 de septiembre de
1921, Freire fue nombrado patrono de la educación por el gobierno de Dilma
Rousseff y por el congreso de su país en 2011.

Los exitosos resultados logrados
en los círculos culturales por él creados hicieron que el gobierno brasileño
adoptara sus propuestas y creara miles de esos círculos por todo el país. Pero
en 1964, un golpe de estado militar acabó con esas tareas, llevó a Freire a la
cárcel, acusado de subversivo, y luego al exilio.
Y fue durante su exilio en Chile
que Paulo Freire dio a conocer 2 obras que revolucionaron el mundo de la
educación: “La educación como práctica de la libertad” y “Pedagogía del
oprimido”, a las que seguirían muchas más. En la década de 1970, Paulo Freire
continuó con su obra educativa, desarrollada a través de universidades e instituciones
de diversos lugares del mundo, al mismo tiempo que sus obras eran prohibidas en
los países de América latina que, en esos años, eran gobernados por dictaduras.
Tanto en sus numerosos libros
como en los proyectos educativos que puso en marcha, Freire desarrolló sus
ideas sobre educación popular, sobre la alfabetización como camino hacia la
libertad.
En 1980, Paulo Freire pudo
regresar a Brasil, donde se dedicó a la enseñanza universitaria y fue
Secretario de Educación de la ciudad de São Paulo.
Este notable educador y humanista
fue reconocido en 1986 por la
Unesco con el premio “Paz y educación”, así como fue
designado doctor honoris causa por universidades de todo el mundo. La obra de
Paulo Freire, fallecido en 1997, tiene plena vigencia: son miles y miles los
educadores de América y de África que hoy siguen el camino que él diseñó para
lograr una educación para la libertad.
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