Todas las voces y músicas de la Patria Grande

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jueves, 31 de mayo de 2018

El Senado se aprestaba a votar anoche la ley de Emergencia Tarifaria que retrotrae los aumentos


Otro impacto político para el Gobierno

En un extenso debate que se prolongaba hasta la madrugada, la oposición aseguraba contar con los votos para convertir en ley el proyecto. En el Gobierno confirmaban el veto presidencial y aún se estudiaba el momento de anunciarlo.

Por Sebastian Abrevaya

Pasada la medianoche, el Senado se encaminaba a darle un duro golpe político al Gobierno de Mauricio Macri. La Cámara alta convertía en ley el proyecto de Emergencia Tarifaria, que retrotrae los aumentos de luz, gas y agua a noviembre de 2017 y prohíbe su actualización por encima del índice de variación salarial hasta 2019. El debate se extendió por más de 10 horas y estuvo atravesado por el enojo del oficialismo, que tildó a la propuesta como “demagógica”, “irracional”, “ilegal” e “inconstitucional”, entre otras descalificaciones y críticas.


Desde las distintas bancadas opositoras pusieron el énfasis en el costo social del tarifazo, las dificultades para pagar los servicios tanto de los usuarios particulares como de las pymes y en la desigualdad con la que el macrismo le exige a los distintos sectores que enfrente el ajuste. Según fuentes parlamentarias, el Presidente vetará la medida, aunque en la Casa Rosada todavía estaban evaluando el momento más oportuno para hacerlo.
Tras semanas de intensas negociaciones, acusaciones cruzadas, presiones a legisladores y gobernadores, Cambiemos sufrió una derrota en el peor momento de su gestión. Una amplia mayoría del interbloque Argentina Federal, el Frente para la Victoria-PJ y otras bancadas más pequeñas decidieron acompañar la media sanción de la Cámara de Diputados. Hasta último momento el oficialismo intentó lograr que distintos senadores de la oposición cambiaran de postura o bien se retiraran al momento de votar. Incluso en horas de la tarde circuló la versión sobre una posible maniobra para enviar de vuelta el proyecto a Diputados: Un grupo de senadores del peronismo podía darse vuelta y votar en contra un par de artículos durante el tratamiento en particular.  Finalmente no ocurrió. Por la noche, el puntano Adolfo Rodríguez Saá se volvió sorpresivamente a su provincia, dejando un voto menos para la aprobación. La neuquina Lucila Crexell directamente blanqueó que negoció con Frigerio una prórroga a la ley de emergencia frutícola (que afecta a su provincia) a cambio del voto en contra. “Hay un ámbito de negociación, y en mi caso antepongo los intereses de mi provincia”, reconoció en los pasillos del Senado. Pese a los esfuerzos y la presión, la oposición todavía tenía anoche un margen para garantizarse el triunfo.   El sindicalista de los trabajadores petroleros, Guillermo Pereyra, que el martes había participado de una reunión en Casa Rosada y se contaba como un voto negativo, expresó sus diferencias con el proyecto de Diputados pero le reprochó al macrismo no haber negociado una alternativa real, por lo que cambió su posición.

“Si no ponemos límite a esto, si el Gobierno no advierte esto y quiere hacer lo que le piden sus amigos, esto no va a terminar bien”, advirtió el peronista José Mayans, el primero en hacer uso de la palabra. El senador formoseño fue lapidario con los problemas de política económica del macrismo y puso el énfasis en las ganancias de las empresas energéticas a partir del tarifazo y la dolarización de los precios. Por ejemplo, detalló que Edenor tuvo ganancias por 688 millones de pesos el año pasado y que este año, sólo en el primer trimestre, ya obtuvo 1.450 millones. Agregó que la generadora Central Puerto el año pasado tuvo utilidades por 3493 millones, mientras que el primer trimestre ya acumuló 7500 millones. Por último, Transportadora de Gas del Sur pasó de ganar 3493 millones el en todo 2017 a sumar sólo en el primer trimestre de 2018 unos 1734 millones. “No escuchan nada, nos llaman al diálogo y nos quieren imponer un plan económico que ya fracasó. Si no hay reflexión, vienen tiempos peores… Con tasas al 40 por ciento, ¿qué país puede funcionar con esas tasas?”, insistió el senador.
El primero en responder fue el senador Esteban Bullrich, cuya mejor defensa del tarifazo fue el ataque a la política energética del kirchnerismo. “Este proyecto es irresponsable, es demagógico. Es inconstitucional porque interviene en facultades propias de la nación y las provincias”, aseguró el senador bonaerense, quien advirtió que el proyecto de Diputados mantiene los beneficios para la ciudad y la provincia de Buenos Aires, en perjuicio de las provincias del interior que pagan tarifas mucho más altas. “Esto no es una solución, y lo saben. Lo reconocen pero le quieren mandar un mensaje al Ejecutivo. El mensaje el Ejecutivo lo escuchó, sino no habría otro proyecto. Pongamos a la Patria por delante. Es posible que lleguemos a un acuerdo y discutamos un proyecto razonable”, concluyó, buscando un tono conciliador contradictorio con la acusación de “inmoral” y “demencial” a la política tarifaria del anterior gobierno.
Desde el FpV-PJ, la mendocina Anabel Fernández Sagasti aseguró que “la política energética de Macri es una estafa nacional” porque “transfiere millones de pesos del bolsillo de los ciudadanos a un grupo de empresarios amigos del poder”. La senadora aseguró que la política de subsidios de Argentina sobre el gas y la luz está “por debajo del promedio internacional de los países desarrollados”. Además, advirtió que, según el ente regulador del sector, “la cantidad de usuarios afectados por cortes de luz entre diciembre de 2016 y 2007 aumentaron un 60 por ciento”. “Queremos una política tarifaria con rostro humano, donde la energía no sea una mercancía, sino más bien una herramienta de desarrollo para el país”, agregó su compañera de bancada, la santafesina Marilin Sacnun.
El único senador del Bloque Justicialista que anunció los días previos su rechazo al proyecto ayer se llamó a silencio. Rodolfo Urtubey no integró la lista de 52 senadores que pidieron la palabra. Tampoco hizo declaraciones mediáticas. Su postura quedó en soledad, pese a que la semana pasada el dictamen había contado con tres firmas más en disidencia. 
El cordobés Carlos Caserio, hombre del gobernador Juan Schiaretti, lanzó una importante advertencia a Cambiemos. Primero reflejó el malestar que les provocó el discurso de Macri del lunes: “El discurso del presidente, que fue hasta agraviante con nosotros, y si encima nos amenazan con el veto eso inclinó nuestro pensamiento”, dijo y remató: “Les pido que no rompamos todo. Estuvieron hasta último momento tratando de lograr que hoy no votemos esto. Si para ustedes eso es la política, bárbaro, pero no jueguen con fuego porque nos necesitamos todos”.
La radical Silvia Elías de Pérez, una de las más firmes defensoras del Gobierno en el Senado, también arremetió contra la gestión anterior. “Haber tenido congelamiento tarifario con subsidios indiscriminados y cruzados causaron la verdadera emergencia”, aseguró, para ensayar luego una mirada positiva: “Argentina tiene futuro, vamos por el camino correcto”.
En este contexto de conflicto, incluso con la oposición más cercana al gobierno, Mauricio Macri se enfrentaba a la madrugada con la noticia de tener que recurrir a su segundo veto como Presidente. El primero había sido cuando se aprobó la ley antidespidos, que impedía las desvinculaciones por un año e imponía una doble indemnización.




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