Associated
Press-Por JENNIFER KAY-Associated Press-19 de enero de 2016
MIAMI BEACH, Florida, EE.UU. (AP) — Los vestigios de la guerra
contra drogas que hicieron de Miami un lugar notable por su violencia y
contrabando en la década de 1980, están siendo arrasados, y sus nuevos dueños
ansiosamente han inspeccionado las ruinas en busca de los últimos rastros del
reinado de Pablo Escobar.
El martes comenzó la demolición de una mansión de color
rosa, ubicada frente al mar en Miami Beach, que fue propiedad del capo
colombiano hasta que el gobierno estadounidense la incautó en 1987. Escobar
falleció en un enfrentamiento con la Policía Nacional de Colombia en 1993.
"Me emociona ver cómo desaparece ante nuestros ojos la
casa del demonio", dijo el nuevo dueño de la propiedad, Christian de
Berdouare, quien es propietario de la cadena de comida rápida Chicken Kitchen.
"Este fue el mayor criminal en la historia del planeta.
Quisiera estar asociado con algo más optimista, pero es parte de la
ciudad", comentó.
Pese a que la mansión estaba registrada bajo el nombre de
Escobar, se desconoce si pasó algún tiempo en Miami Beach.
En la cúspide de su reinado, Escobar fue uno de los hombres
más ricos del mundo, con un cártel que distribuyó la gran mayoría de la cocaína
introducida a los Estados Unidos. El recientemente recapturado narcotraficante
mexicano, Joaquín "El Chapo" Guzmán, siguió con la expansión de
Escobar y diversificó el negocio de la cocaína con otras drogas, incluyendo
metanfetaminas, heroína y marihuana.
Con casi 603 metros cuadrados (6.500 pies cuadrados, la
mansión de cuatro recámaras construida en 1948 hubiera sido un lugar modesto para
el "Rey de la Cocaína", cuya fortuna ascendía a miles de millones de
dólares. El vecindario rodeado por palmeras alberga a residentes como Barry
Gibb, vocalista de los Bee Gees, y otras celebridades que han construido
enormes residencias detrás de los elevados muros.
La casa tiene un acceso sin restricciones a la Bahía
Vizcaína, cerca de los rascacielos de la ciudad. Un antiguo vecino le dijo a De
Berdouare que recuerda haber visto a menudo lanchas rápidas que llegaban y
salían a la vivienda.
También recuerda ruidosas fiestas y a un hombre de bigote
que viajaba acompañado de una flota de vehículos y hombres armados.
"Creo que utilizaban un vecindario residencial como
fachada para sus actividades ilícitas", señaló De Berdouare.
Sin conocer la historia de la casa antes de adquirirla en
mayo de 2014 por 9,65 millones de dólares, la esposa de De Berdouare insistió
en que un monseñor católico romano bendijera la propiedad antes de iniciar los
planes de modernizarla.
La pareja también contrató a buscadores de tesoros
profesionales y a una producción de documentales para que inspeccionaran la
propiedad en busca de vínculos con el cártel de Escobar, antes de su
demolición. Se encontraron agujeros poco comunes en paredes y pisos, así como
una caja fuerte que había sido sacada de su lugar en el suelo de mármol,
comentó la periodista Jennifer Valoppi, esposa de De Berdouare.
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