Se había graduado como médica en Cuba y desde hacía ocho
años trabajaba en esa zona en conflicto.
Una médica argentina que desempeñaba tareas sanitarias en el
Kurdistán sirio murió allí, indicaron, en un accidente automovilístico el
sábado, según informó la milicia kurda para la que trabajaba.
Las Unidades de Defensa del Pueblo (YPG) informó en un comunicado,
fechado ayer y difundido hoy, que la médica y militante feminista Alina Sánchez
falleció en un choque de autos la tarde del 17 de marzo mientras se dirigía a
la localidad de Hasaka, donde tenía previsto “un encuentro con representantes
de una organización internacional de la salud”.
Alina Sánchez, nacida en San Martín de los Andes en 1986 y
que también vivió en Córdoba, se había graduado como médica en Cuba. Desde
hacía ocho años trabajaba en “el establecimiento de un sistema alternativo de
salud” en el Kurdistán sirio, establecido por la rama femenina de las YPG, en
las zonas del norte de Siria que están bajo su control.
La doctora Sánchez había adoptado el nombre kurdo de Legerín
Azadi, que significaba “búsqueda”. Integraba la Academia de Ginecología
(ciencias de la mujer) en el territorio que los kurdos denominan Rojava.
En una carta de condolencias a la familia Sánchez,
compañeros y compañeras de la médica argentina la exaltan como parte de las
“internacionalistas” que “se unieron con el pueblo de Rojava y del Norte de
Siria para defender a la humanidad y constituir una sociedad libre”.
En el comunicado del Comando General de las YPG se señaló
que la médica “creció en una cultura de la revolución, el país del Che Guevara,
Argentina, en América Latina, debido a esto también fue que se unió a la
revolución de Rojava”.
Entre sus responsabilidades estaba brindar tratamiento y
cuidados a los heridos en combate, y establecer conexiones con ONGs
internacionales y organizaciones de la salud para asegurar el apoyo a personas
con necesidades urgentes.
Las camaradas kurdas de Sánchez indicaron en la carta que
Legerín (Sánchez) “percibía ... la lucha de la liberación de la mujer y del
pueblo del Kurdistán como su propia lucha” , y solicitó ser trasladada a Afrin
cuando el ejército turco hizo su ingreso a esa zona de Siria el 20 de enero de
2018, lo que le fue denegado.
Si bien el comunicado no indica la fecha de incorporación a
esa milicia, sí indica que la Dra. Sánchez “había estado en las filas de la revolución
durante varios años y trabajó en los servicios médicos”, salvando “la vida de
innumerables camaradas heridos con gran sacrificio, moral y entusiasmo”.
El conflicto en esa zona:
Las YPG son unidades de combate de los kurdos del Norte de
Siria. Desde el inicio del conflicto tuvieron una relación fría con Damasco,
por cuya política de arabización sufrieron, históricamente, grandes ataques,
aunque nunca enfrentaron a sus tropas.
Sí combatieron, en Siria e Irak, contra los grupos
yihadistas vinculados a Al Qaeda y contra el Estado Islámico (EI).
Su gran capacidad y determinación combativa llevó a los
Estados Unidos a incorporarlos como núcleo fundamental de las Fuerzas de Siria
Democrática, una alianza kurdoárabe que expulsó al EI de varios de sus
bastiones y contó con apoyo de Washington.
Sin embargo, el gobierno turco considera al YPG una
organización colateral del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al
que ha declarado organización terrorista, ataca con incursiones en el norte de
Irak, y pone al mismo nivel que al EI.
Desde enero de este año, Ankara desató una operación militar
para desalojar a las milicias kurdas de las zonas que ocupan en el Norte de
Siria, que se inició por el Oeste y después de la toma de Afrin, señaló el
presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se dirigirá hacia el Este.
Agencia Télam
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