Todas las voces y músicas de la Patria Grande

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jueves, 22 de marzo de 2018

“La construcción del enemigo”, los grandes medios y la dictadura

El documental dirigido por Gabi Jaime revela los vínculos entre medios de comunicación y dictadura a través de la historia de Alejandrina Barry y sus padres, asesinados en 1977 en el marco del Plan Cóndor.
En La construcción del enemigo Gabriela Jaime (documentalista de Boedo Films y Contraimagen) relata la historia de Alejandrina Barry, cuyos padres montoneros fueron asesinados en un operativo del denominado “Plan Cóndor” a fines de 1977.


Sobre Alejandrina, que no llegaba a los tres años, las revistas de Editorial Atlántida montaron una campaña siniestra para demonizar la militancia de aquella época y mostrar al Ejército como “salvador”, con el objetivo de justificar el accionar genocida de las fuerzas represivas bajo la dictadura.

La película, además de demostrar el nexo poco explorado entre medios y dictadura, también es una reivindicación de la militancia de ayer y de hoy. La madre de Alejandrina, Susana Mata, era maestra y dirigente del sindicato docente de Almirante Brown, además de fundadora de la Ctera. Su padre, Juan Alejandro Barry, era estudiante de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y dirigente montonero.

Hoy en día, la propia Alejandrina es militante del PTS y del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH). Fue parte de la fundación de H.I.J.O.S. en la cual militó en la década del 90.
El caso de Alejandrina Barry fue uno de los más emblemáticos que mostró la actuación de los medios como soporte ideológico de la dictadura. Miguel Bonasso relata en su libro Recuerdo de la muerte que “fue una campaña al estilo Goebbels. De manera orgánica y clandestina, directivos de Editorial Atlántida se hicieron cómplices de los marinos de la ESMA y las Fuerzas conjuntas del Uruguay en los delitos de secuestro y asesinato de ciudadanos argentinos en Montevideo y sus alrededores, incluyendo la captura de una criatura de tres años, Alejandrina Barry”.


“Con un guión proporcionado por el Grupo de Tareas 33/2 de la Escuela de Mecánica de la Armada y bajo la supervisión directa de los marinos, periodistas y fotógrafos a sueldo de los hermanos Aníbal y Constancio Vigil viajaron al Uruguay a ‘cubrir’ una historia de presunto abandono por parte de padres ‘desalmados y terroristas’, que publicaron sucesivamente en tres revistas del grupo: Somos, Gente y Para Ti. Lo que se llama en la jerga del oficio: una operación”, remata Bonasso.

Queda demostrado que la prensa capitalista fue partícipe necesaria para el sostenimiento de la dictadura. Este operativo de prensa se había montado como propaganda justamente para construir al enemigo, mostrando a Alejandrina como víctima de sus propios padres militantes y no como víctima de los militares y de estos empresarios.

La construcción del enemigo ayer y hoy
El reconocimiento actual de la dictadura como genocida y de su carácter cívico-militar es una conquista de años de lucha de militantes y organismos de derechos humanos. Más allá de sus límites, lo demuestran los juicios que aún siguen en curso y los genocidas que se lograron encarcelar.

En este sentido, la batalla permanente del gobierno de Macri, a través de ministros y voceros, para poner en duda la cantidad de desaparecidos, los 30.000, es una política que prepara el terreno para derrotar lo conquistado. El negacionismo oficial le brinda al Poder Judicial un aval para avanzar con el 2x1 o los actuales pedidos de prisión domiciliaria y así desandar el camino hacia una mayor impunidad de los crímenes cometidos en la dictadura.

Del mismo modo que en el pasado, la construcción del enemigo interno fue el sustento ideológico y político para lograr una base social que acepte el aniquilamiento como forma de represión, en la actualidad, aunque bajo la democracia, las operaciones políticas que involucran también a la prensa, buscan los mismos objetivos.

Ahí está el caso de Santiago Maldonado, a quien se demonizó junto a los pueblos originarios a través de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, llamando “terroristas” a quienes luchan por su derecho elemental a tener su tierra y su identidad. Ahí está también la legalización de la pena de muerte, como se vio en el caso de Rafael Nahuel a manos de la Prefectura en Bariloche, o en el de Pablo Kukoc a manos del agente Luis Chocobar o hace pocos días con el terrible asesinato del niño Facundo Ferreira de 12 años en Tucumán. Han transformado en doctrina asesinar despiadadamente a nuestros pibes por la espalda. Y también implementan la represión brutal contra manifestantes, como se vio en diciembre en la Plaza Congreso contra miles de personas y tantas otras movilizaciones.
Un enemigo particular: las mujeres
Como denuncia Alejandrina, además de la operación de propaganda orquestada en común por los militares y los empresarios periodísticos, también pudo observarse un ensañamiento particular con su mamá.

En revistas de tiradas masiva, muchas de ellas dedicadas especialmente a las mujeres, en forma brutal justifican su asesinato por haber dejado “de ser madre para convertirse en una terrorista y había decidido voluntariamente abandonar a su hija”. En palabras textuales de estas revistas alguien que “merecía morir”.

La dictadura, como lo muestra el caso de Susana Mata, tuvo un ensañamiento particular con las mujeres. Los crímenes más atroces fueron cometidos contra ellas, violaciones, vejaciones, el robo de sus hijos por el hecho de haber tenido la decisión más importante que alguien puede tener, dedicar su vida no a fines individuales sino a acabar con las injusticias, la opresión, los sufrimientos, la explotación que viven millones en este sistema capitalista.

Los medios la quisieron mostrar como un monstruo por dedicar su vida a la militancia que, por el contrario, para Alejandrina fue un orgullo y un incentivo para su propia militancia. Con ella no pudieron.
A pesar de la historia de su vida, hoy es una militante política y social, en el Partido de los Trabajadores Socialistas, del que fue su candidata en el Frente de Izquierda. Y comparte militancia en el CeProDH nada menos que con Myriam Bregman, quien a su vez es su abogada en la causa contra Editorial Atlántida.

Al revés de lo que querían los militares y la prensa colaboradora, ella está presente en cada lucha de los trabajadores y por los derechos humanos. Lejos de espantarse, al conocer las operaciones de prensa inventadas a favor del genocidio, la profunda indignación que le produjo fue un incentivo para la reivindicación total de sus padres y la decisión de hacerse militante revolucionaria, por juzgar y encarcelar a todos los genocidas militares y empresarios, y por cambiar raíz esta sociedad de explotación y opresión abrazando la lucha por el socialismo.

El dolor se transformó en bronca y en fuerza militante para cada día. El documental muestra también la dedicación de Alejandrina a lucha contra la impunidad y la represión, cualquiera sea el gobierno.

La construcción del enemigo, el documental de Alejandrina Barry dirigido por Gabi Jaime, fue estrenado en 2014, cuando aún no gobernaba Cambiemos. Sin embargo su actualidad es total. Precisamente en estos días previos a un nuevo 24 de marzo se está haciendo un relanzamiento.

Puede adquirirse una copia a partir del jueves 15 en la librería del Instituto del Pensamiento Socialista "Karl Marx", de 16 a 21 h en Riobamba 144, CABA. También a través del FaceBook de la película y en el del CeProDH.

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