Miércoles, 20 de Diciembre de 2017
La Justicia ejecutó la sentencia y ayer a la mañana fueron
sacadas a la vereda por la Policía, con todas sus pertenencias y animales. Allí
permanecieron todo el día a la espera de soluciones. Todavía siguen buscando
ayuda.
Una mujer y su hija fueron traumáticamente desalojadas de la
vivienda que alquilaban por calle Chaco al 1.300 y ayer permanecieron todo el
día esperando por soluciones a su dramática situación, con sus pertenencias y
animales a la intemperie.
Silvia, desempleada y madre de Carolina, de 20 años, quien
el lunes terminó de cursar sus estudios secundarios, fueron violentamente
desalojadas de la vivienda que ocupaban por la calle Chaco, casi Moreno de
Capital, luego que no pudieran hacer frente al pago del alquiler del inmueble.
"No pudimos pagar más, no tenía trabajo, mi hija pasó muchas necesidades,
pero pudo terminar de estudiar y ahora quiere seguir haciéndolo, pero así no se
puede", relató la mujer. "Necesitamos ahora un lugar para las dos,
donde podamos acomodarnos, pero es muy complicada nuestra situación. Nos
ofrecieron llevarnos a un hogar lejos de Corrientes y no aceptamos porque no
sabíamos qué hacer con todas nuestras cosas, nuestros cuatro animalitos, no los
podemos dejar acá", relató visiblemente afectada.
Hace un tiempo, la madre de Silvia, una persona mayor con
serios problemas de salud de quien ella se ocupaba, fue internada y no le
permitieron verla más. "Se dijeron muchas cosas de mí y de mi hija, pero
nosotras siempre nos ocupamos de mi mamá. Esperamos que nos dejen verla de nuevo,
porque yo quiero saber cómo está ella", comentó.
BUSCAN AYUDA
Y TRABAJO
Respecto a las
posibles soluciones, desde Minoridad y Familia intentaron contactar con hogares
y refugios, pero en Capital ninguno tenía lugar para recibirlas. "Yo puedo
trabajar, mi hija también y seguir estudiando. Y así pagar un lugar para
nosotras, pero necesitamos ayuda, estamos solas completamente", confesó.
El drama de Silvia y Carolina deja al descubierto el déficit
habitacional, la falta de oportunidades laborales, la insensibilidad de la
Justicia y la ausencia del Estado ante situaciones como éstas en la que dos
mujeres quedan desprotegidas y expuestas a todo tipo de peligros, en la vereda.
Una realidad que pega donde más duele: la dignidad de las
personas que se quedan con las manos vacías y a la intemperie.
Fuente:Diario el Libertador
No hay comentarios:
Publicar un comentario