Medios y comunicación
Roberto Samar señala la responsabilidad de los medios
dominantes en la construcción mediática del otro como amenaza y su incidencia
en cómo pensamos los problemas.
Por Roberto Samar*
Desde Neuquén
Cuando pensamos la realidad lo hacemos a partir de discursos
racistas, eurocéntricos y patriarcales que nos atraviesan. Estos discursos se
fortalecen desde los medios de comunicación que ocupan posiciones dominantes e
inciden en cómo pensamos los problemas.
A partir de los discursos hegemónicos construimos un
“nosotros”, los supuestamente buenos y decentes, frente a un “ellos” que
pondremos en el lugar de chivos expiatorios.
Foto ilustrativa |
Estas miradas se reflejan en prácticas discriminatorias, las
cuales muchas veces naturalizamos. Es decir, no las vemos, se nos hacen
cotidianas e invisibles.
¿Qué tienen en común un pibe que es detenido
sistemáticamente por ser pobre y la estigmatización del pueblo originario que
defiende sus derechos? La construcción mediática de ese otro como amenaza.
Poco importa que la cantidad de delitos violentos cometidos
por niños sea insignificante o que como sostiene el Centro de Estudios en
Política Criminal y Derechos Humanos “casi siempre que un adolescente está
inmerso en una situación violenta, es porque alguien con más edad y con más
poder, lo ha utilizado”. Tampoco importa que los pueblos indígenas sean
víctimas de un genocidio y que se haya declarado la emergencia en materia de
posesión y propiedad de sus tierras.
El discurso hegemónico criminaliza un chivo expiatorio. Los
responsables de nuestros problemas son “Ellos”.
Según Raúl Zaffaroni, estamos viendo un avance de un
totalitarismo corporativo. En ese marco, una técnica de los gobiernos
totalitarios es la construcción de un enemigo, para dividir la sociedad entre
amigos y enemigos.
Es interesante recordar que, según Daniel Corach, del
Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica
(UBA): “El 60% de los argentinos tienen antecedentes indígenas”. Es decir,
paradójicamente ese “ellos” que se construye como amenaza, somos nosotros.
Nosotros que, como sosteníamos inicialmente, nos miramos desde el lente de
quienes nos dominaron.
En estas construcciones los medios de comunicación
hegemónicos juegan un rol clave. Nos proponen pequeños recortes superficiales
de hechos descontextualizados, sin indagar en las causas de los problemas
estructurales. Entonces, discutimos el pasamontaña de Nicolás Repetto o una
pared pintada y no el genocidio que se cometió en este territorio, la
emergencia en materia de posesión de las tierras o la violencia institucional
sistematizada.
En ese sentido, pensando desde la categoría de pánico moral,
Natalia Aruguete y Belén Amadeo, sostienen que para que estos discursos sean
exitosos “se necesita que haya un enemigo adecuado, esto es, con poco poder,
escasa presencia en los medios, que sea fácilmente denunciable y que no cuente
con legitimidad”.
Cabe preguntarse: ¿habría brutalidad de las policías sin el
fortalecimiento del estereotipo de ese “otro” como peligroso desde los medios
que ocupan posiciones dominantes?
Asimismo, ¿qué ocurriría si los medios hegemónicos nos
mostraran el genocidio perpetuado? ¿Qué pasaría si conociéramos las historias
de las personas que tuvieron que negar sus raíces para sobrevivir mientras
ocupaban sus territorios grandes empresarios?
Probablemente sin el
respaldo mediático perdería legitimidad la violencia institucional.
En nuestro país la estigmatización y la discriminación se
sustenta en el discurso mediático y hegemónico que muchas veces reproducimos y
naturalizamos en nuestra sociedad. Cuestionar esas miradas es un paso necesario
para construir una democracia más plena. Lo complejo es que muchas veces los
dominados seguimos pensando desde las categorías y discursos que crearon los
que nos dominan, negando nuestras raíces y reproduciendo la violencia y la
subordinación de nuestros pueblos. Como sostuvo Malcolm X, “si no tenemos
cuidado, los medios de comunicación harán que acabemos odiando a los oprimidos
y amando a los opresores”.
* Licenciado en
Comunicación Social UNLZ. Docente de Comunicación social y seguridad ciudadana
en la UNRN.
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