El 23 de septiembre de 1947, gracias a
la voluntad política de Eva Duarte de Perón, que tomo la posta de un reclamo de
larga data iniciado y sostenido por el Partido Socialista, y a la férrea
decisión de Perón, se aprobó la Ley 13.010 que instauró en la Argentina el voto
femenino.
“Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de
pocos artículos una larga historia de lucha, tropiezos y esperanzas”, resumió
magistralmente Eva Duarte, al momento de recibir de manos de Perón, el texto de
la Ley. De esta manera, el movimiento nacional justicialista,
institucionalizaba una demanda popular que previamente encontró en Alicia
Moreau, una de sus figuras descollantes.
Evita, pasó a encabezar la lucha por la implantación del
voto femenino cuando Perón aún era Secretario de Previsión. La iniciativa llegó
al Congreso, donde se formó una comisión para el tratamiento del tema, pero los
avances fueron trabados por la negativa de la Asamblea Nacional de Mujeres,
presidida por Victoria Ocampo, que argumentó que no aceptarían un derecho
otorgado por un gobierno de facto. El 17 de Octubre de 1945 y el contundente
triunfo de Perón en los comicios democráticos de 1946, despejaron el camino
hacia la sanción de la Ley. Evita se convirtió en una tenaz activista del voto
femenino, promovió y dio sentido a una campaña nacional a favor del derecho de
las mujeres a participar en la elección de sus gobernantes.
El 23 de septiembre en un impresionante acto en Plaza de
Mayo, se promulgó la Ley. La mujer argentina entraba de la mano del peronismo a
formar parte de la vida cívica de nuestro país, reconociendo en Evita una
auténtica guía y líder, a la cual convertiría en presidenta del Partido
Peronista Femenino en 1949, tras una asamblea en el Teatro Cervantes.
En las elecciones del 11 noviembre de 1951, el Partido
Peronista fue el único en llevar candidatas en sus listas. 23 diputadas y 6
senadoras ocuparon sus bancas al año siguiente.
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