La falta de mantenimiento y de protección además de la sobreexigencia
de los equipos provocaron un
incendio en el sistema eléctrico.
Durante la tarde del miércoles un
incendio en el área de Terapia Intensiva del hospital Pediátrico Juan Pablo II
causó estupor entre el personal de guardia. Al parecer un problema en el
sistema eléctrico -por sobre calentamiento, falta de medidas de seguridad y de
mantenimiento- fue responsables del foco ígneo en dos paneles y dejó
inutilizable la mitad de esa área, que cuenta con 15 camas. Lo insólito de la
situación que se suscitó fue que al momento de echar mano a los extinguidores,
algunos de ellos no funcionaran.
Para peor y con mucha sorpresa los médicos y
enfermeras recibieron de parte de los directivos del hospital, en medio del
caos la orden de no llamar a los bomberos. ¿Por qué? Al parecer se minimizó el
siniestro y de esa forma se intentó que no trascendiera lo ocurrido. Según
fuentes a las que accedió NORTE de Corrientes, la indignación entre el personal
de guardia fue grande porque además de combatir ellos mismos el fuego y
encargarse de despejar toda el área, trasladando a los niños internados a otro
sector -con el riesgo que ello conllevaba para la salud de los pequeños-, se
encontraron además con una segunda orden, la de guardar silencio ante lo
ocurrido. Los cuatro niños internados en la Terapia Intensiva, y conectados a
respirador artificial fueron trasladados a otro sector. Como consecuencia de
esa situación, en medio de la vorágine y de la humareda, uno de los pequeños
que al parecer tenía problemas cardíacos, sufrió un paro cardiorrespiratorio y
tuvieron que asistirlo. El problema no es nuevo. Hace dos años que el personal
viene exigiendo que se realice el mantenimiento eléctrico en el sistema. La
falta de disyuntores hizo la diferencia entre un simple corte de luz y un
incendio. Pero las promesas de refacciones quedan sólo en eso, en promesas,
mientras se expone a los niños a todo tipo de riesgos, inclusive un incendio.
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