MEMORIAL DEL DESAPARECIDO
CORRENTINO
Se trata de una correntina que
fue secuestrada en 1977 en Uruguay, y permaneció desaparecida hasta el año
pasado, cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó sus
restos, hallados en Asunción del Paraguay. Fabián Ríos acompañó a Ida Beatriz
García, hija de Rafaella, que después de 39 años de buscarla finalmente la
encontró a través de un trabajo articulado entre el Estado Argentino y el
Paraguayo. “Ningún pueblo merece tener sentimientos tan duros y sufrir tanta
crueldad; es muy difícil cerrar las heridas de quienes siguen buscando a sus
seres queridos para poder tener un lugar donde depositar una flor”, expresó el
intendente en alusión a las desapariciones y asesinatos sistemáticos que
cometieron las dictaduras militares en los países de Latinoamérica, en el marco
del “Plan Cóndor”.
La Municipalidad de Corrientes
acompañó la emotiva ceremonia de inhumación de Rafaella “Giuliana” Filipazzi,
este sábado 11 de febrero en el Memorial del Desaparecido Correntino del
cementerio San Juan Bautista. El intendente Fabián Ríos y funcionarios municipales
llevaron sus condolencias a Ida Beatriz García, hija de Rafaella, que después
de 39 años de buscar a su madre, obtuvo la restitución de sus restos en
Paraguay y esta mañana finalmente la despidió en un sentido homenaje.
Se trata de una militante
correntina que fue secuestrada-desaparecida en 1977 en Montevideo, Uruguay, y
enterrada en una fosa común en Asunción del Paraguay, poniendo en clara
evidencia el macabro sistema de exterminio conocido como “Plan Cóndor” que
azotó los poderes de los Estados Latinoamericanos durante la segunda mitad del
siglo pasado.
“Ningún pueblo merece tener
sentimientos tan duros y sufrir tanta crueldad”, expresó Ríos durante la
ceremonia, en alusión a las desapariciones y asesinatos que cometieron las
dictaduras militares en los países de Latinoamérica, y en Argentina, en
particular.
“Pasaron muchos años y el horror
por lo que sucedió sigue golpeando; es muy difícil cerrar las heridas de
quienes siguen buscando a sus seres queridos para poder tener un lugar donde
depositar una flor”, manifestó el intendente, que además reivindicó el trabajo
que lleva adelante la Comisión de Derechos Humanos de Corrientes, así como la
organización MEDHES de la Ciudad de Goya.
Entre lágrimas y abrazos con sus
seres queridos, Beatriz García dejó su último adiós y encontró la paz que
buscaba desde pequeña, desde los 12 años, cuando de la mano de su abuela empezó
una lucha incansable por conocer el paradero de Rafaella Filipazzi.“Tengo
sentimientos encontrados. Por un lado porque terminó mi búsqueda y se me
terminaron las ilusiones de encontrarla viva, de volver a casa con mi mamá.
Pero por otro lado me trajo un alivio inmenso, y después de tanto llorar hoy me
siento feliz”, dijo Beatriz, que conmocionada afirmó: “la necesité mucho
durante mi juventud, y me quedó por decirle que la quiero un montón”.
“Giuliana”, identificada así por
sus compañeros y compañeras, fue hallada por el Equipo Argentino de
Antropología Forense (EAAF) en un predio de la Policía Nacional de Paraguay
junto a José Potenza, quien fuera su pareja durante su militancia, y ambos
fueron identificados el año pasado por dicho organismo. Por eso en el acto
también estuvo Silvia Potenza, hija de José, a quien igual que a Beatriz el
Gobierno paraguayo le entregó los restos de su padre.
La conmovedora historia de dos
hijas que se encontraron en la búsqueda de la verdad se reflejó esta mañana.
Juntas dieron su testimonio ante los presentes en el mencionado Memorial, donde
también yacen los restos de los correntinos Rómulo Artieda y Lila Soto.
Todavía sorprendida, Silvia
expresó “lo increíble de que hayan identificado sus restos juntos”, teniendo en
cuenta que cuando se hicieron las exhumaciones correspondientes entre el 2009 y
el 2013, los organismos competentes hallaron restos de 40 personas más: dos de
ellas paraguayas, también restituidas a sus familiares, y otras 38 que aún no
fueron identificadas.
Estuvieron presentes Marisa
Sanauria, referente de la Comisión de DD.HH. de Corrientes y Pablo Vassel,
director de DD.HH. del Consejo de la Magistratura, ambos partícipes activos de
los trabajos de restitución de los restos de Rafaella Filipazzi. También el
Ministro Secretario General de la Gobernación, Carlos Vignolo y demás
funcionarios provinciales; diputados, senadores y concejales; el Fiscal Federal
de Corrientes, Flavio Ferrini, jueces, camaristas, secretarios y otros miembros
de la Justicia Federal; referentes de la Asociación de Ex Presos Políticos de
Corrientes y de la organización Memoria, Derechos Humanos y Solidaridad
(MEDHES) de la Ciudad de Goya; familiares de desaparecidos correntinos,
militantes de los derechos humanos, amistades de Beatriz García, y vecinos en
general.
LA INCANSABLE BÚSQUEDA
Rafaella se fue de Corrientes con
destino a la Ciudad de Buenos Aires, pero cuando la situación se volvió más
complicada debió irse a Uruguay, donde fue detenida el 26 de junio de 1977
junto a José Potenza, más precisamente en el hotel Ermitage de Montevideo.
“El último recuerdo que tengo son
sus palabras: cuando se fue en el 76 me dijo ‘me voy, en Capital Federal no se
puede estar, pero voy a volver y vamos a vivir juntas en Corrientes”, recuerda
Beatriz.
La búsqueda de Filipazzi se
inició en 1984 con la denuncia ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición
de Personas (CONADEP) que hizo su madre, Ida Zorzini. Pero recién con las
políticas de restitución de la Memoria, la Verdad y la Justicia impulsadas por
Néstor Kirchner empezaron los primeros avances.
Pablo Vassel contó que en el 2004
cuando era subsecretario de DD.HH. de la Provincia de Corrientes, Beatriz
García acudió al organismo provincial solicitando ayuda. Fue así que, luego de
establecer una red de información entre los países latinoamericanos, obteniendo
datos de muchos municipios e indicios de que podía estar en Paraguay, “entre
2009 y 2013 se hicieron tareas de exhumación en distintas tumbas clandestinas
que la dictadura de Stroeesner hizo, y 4 años después de ser exhumada pudo ser
identificada Rafaella Filipazzi y José Potesa”, contó Pablo Vasell.“Yo quise
siempre aportar algo más, porque sino me sentía culpable de esto. En agosto de
vacaciones fui a Asunción, y como siempre, cada vez que iba, visitaba los
Archivos del Terror para buscar algo más que me permita encontrarla. En esa
última búsqueda dije: mamá, por favor, quiero terminar, ¿dónde estás? Eso me
impresionó mucho porque cinco días después me llamó Rogelio Goiburú (titular de
la Dirección de Memoria Histórica y Reparación del Ministerio de Justicia de
Paraguay) y me dio la noticia”, detalló García.
Pablo Vassel concluyó: “si el
Plan Cóndor se diseñó para crímenes, nosotros teníamos que unirnos para la
justicia. Estas criminales dictaduras retrocedieron 5 mil años atrás para
desaparecer a seres humanos y no darle a las familias su derecho al duelo. Este
es un acto de civilización”.
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