Historia de una privatización
La familia Macri obtuvo, en 1997
y gracias al ex presidente Carlos Menem, la concesión del Correo Argentino. Sin
embargo, el grupo no cumplió con ninguno de los puntos acordados en el
contrato. Entre otras cosas, decidieron unilateralmente omitir el pago del
canon de 51 millones semestrales pactado a partir del año 2000. La excusa, fue
el incumplimiento por parte del Estado en la regulación de la actividad. Un
sector con más de 86 gremios a los que la familia Macri debía enfrentar por
llevar a cabo un plan de despidos masivos dentro de la empresa. Tiempo después,
la propia empresa había dado por saldadas las cuentas por otras deudas que el
Estado tenía para con ellos.
Además de omitir el pago del
canon, los Macri incrementaron un 750% la tarifa de la casilla postal,
dolarizaron las tarifas correspondientes a envíos al exterior – por supuesto,
sin previa autorización por parte de La Comisión Nacional de Comunicaciones
(CNC) – y obtuvieron contrataciones directas sin ningún tipo de control por
parte del Estado.
Un año después de adquirir la
concesión, con la intención de cotizar en el mercado de capitales de Nueva York
y con conocimiento de que aquello no estaba permitido si se trataba de empresas
concesionadas, transfirieron acciones de la empresa Itron a la empresa Sideco
Americana, sin consentimiento de la CNC.
Apenas 3 años después de haber
obtenido la concesión, la familia Macri ya le debía al Estado casi 1.000
millones de pesos: 408 millones por aquel canon nunca pago, 60 millones a raíz
de préstamos al Banco Nación y 528 millones por aportes patronales evadidos
frente a la AFIP.
El dato de color: no sólo se
trataba de acumular deuda, sino también causas judiciales de lo más variadas:
por haber hecho pasar como inversión inicial dinero utilizado en la indemnización
de los despidos, por contrataciones directas por parte del Estado y por haber
realizado fusiones de empresas sin ningún tipo de autorización, entre otros
ejemplos.
“Buscaron mecanismos de
compensación del Estado, intentaron fusionarse con otras empresas y,
finalmente, se presentaron en quiebra como una forma de presionar al Estado
para que no dejara caer a una empresa, con lo que eso significaría en cuanto a
la situación de los trabajadores”, explica Gabriela Cerruti en su libro El
Pibe, en donde se revelan en detalle estas cuestiones.
La reestatización
En 2003, poco tiempo después de
asumir como presidente, Néstor Kirchner reestatizó el servicio en medio de
denuncias, causas judiciales y el colapso de la propia empresa. Recién en
noviembre de 2005 se retiraron del Correo Argentino y lo declararon en quiebra,
pero no sin antes encargarse de denunciar al Estado por incumplimiento de
contrato.
Aquel juicio, es uno de los que
la familia Macri espera cobrar para saldar su deuda reducida a un 1% de los más
de 71 mil millones iniciales.
Mauricio es Macri
Ayer, las redes sociales
decidieron volver a gritar que “Mauricio, es Macri”. La condonación de la deuda
– de Macri por Macri – se instaló como uno de los temas más debatidos en la red
durante más de cuatro horas. Los usuarios se encargaron de resaltar la ironía
de las políticas de Cambiemos y las diversas varas de acuerdo a quién se mide.
La comparación resulta
inevitable: mientras en la sociedad se viven día a día nuevas políticas de
ajuste y serios achiques en espacios claves del sector público, los recursos
siguen siendo redirigidos ya ni siquiera hacia el sector privado, sino hacia la
propia familia presidencial.
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