Mientras Chile e Inglaterra firman un acuerdo sobre el
sector antártico en el que excluyen a Argentina de objetivos comunes hasta
2022, Malcorra hace una excursión a Base Carlini sin darle importancia al hecho
de que ambos países reclaman específicamente el sector antártico argentino, y
que su silencio frente al acuerdo significa un abandono de nuestra soberanía.
Lejos de la bien definida y suculenta porción de torta que
adorna la parte inferior de los mapas que pintamos, de niños, en la escuela,
las aspiraciones soberanas de nuestro país sobre el territorio blanco compiten
con las pretensiones de Chile y Gran Bretaña, y solo se sostienen en base a
eternas y laboriosas gestiones diplomáticas que hoy están en jaque por la
inacción de la cancillería argentina. En ese contexto, el acuerdo de
cooperación recientemente firmado entre Inglaterra y Chile, con exclusión de
Argentina, debe ser interpretado como un acto contrario a nuestros intereses
nacionales.
Desde El Disenso.com, contaron lo que el Dr. Mariano
Memolli, ex Director de la Dirección Antártica Nacional, opinó sobre la
reciente Declaración de cooperación antártica entre la República de Chile y el
Reino Unido publicada el 27 de Enero en la web del Gobierno del Reino Unido.
La declaración, que fija las prioridades conjuntas para
ambos países para el próximo quinquenio, representa un logro para las
pretensiones británicas que se superponen con el Sector Antártico Argentino.
Durante el kirchnerismo, Argentina y Chile llevaron adelante
una agenda antártica común. La sesión conjunta de las comisiones de Relaciones
Exteriores de los parlamentos de ambos países, que en 2008 ratificó el acuerdo
de 1953 firmado entre Perón e Ibañez Del Campo fue un claro ejemplo de como la
unión latinoamericana podía poner límites a las ambiciones geopolíticas de los
ingleses. Con el advenimiento de Macri, la política argentina cambió respecto
al viejo “Territorio Nacional de La Antártida e Islas del Atlántico Sur”, la
firma de una declaración conjunta con Reino Unido motivó fuertes críticas
incluso desde las filas de Cambiemos. Dicha declaración estableció pautas de
cooperación “UK-friendly”, reconociendo a los británicos privilegios de pesca
en las zonas del Mar Argentino adyacentes a las islas, que podría extenderse a
la explotación petrolera.
El Disenso
SECTOR ANTÁRTICO EN LITIGIO
El acuerdo entre Chile y Reino Unido se enmarca en el
derecho internacional vigente y es una expresión de las legítimas
reivindicaciones territoriales de esas naciones. Sin embargo, el Doctor Memolli
advierte que la diplomacia británica es explícita al rechazar el monopolio del
“Sistema del tratado Antártico para el gobierno de la Antártida”. En términos
diplomáticos, esa actitud equivale a patear el tablero sobre los acuerdos que
organizaron la geopolítica del continente blanco durante casi 60 años. Como
reemplazo a los vetustos tratados, la expectativa del gobierno británico es que
los actores nacionales retrocedan ante ONG’s y operadores privados
aparentemente desinteresados. Con esta estrategia de injerencia diplomática, o
para-diplomática, operadores internacionales de raíz anglosajona toman
protagonismo, influyen sobre los gobiernos periféricos y deslegitiman las
posiciones contrarias a los intereses colonialistas.
Las denuncias del Dr. Memolli frente a la actitud siempre
complaciente de la Canciller Malcorra para con las pretensiones colonialistas
inglesas derivó en una campaña de desprestigio, coordinada entre funcionarios y
medios hegemónicos, vinculando al Director Antártico con maniobras de presuntos
desvíos de fondos que la gestión actual reprocha abiertamente, pero no audita
ni denuncia. Fruto secundario de la persecución ideológica, el “se robaron
todo” casi se cobró el martes pasado la vida de 11 personas que no podían
“cantar” donde estaba la guita que Clarín dio a entender que el Memolli
esconde.
Mientras tanto, Malcorra se fue de excursión a la base
Carlini, desde donde pidió que el continente blanco no se militarice. Si, que
no se militarice. Esa fue la tibia súplica de la mujer que en su cómplice
inacción cede nuestra soberanía ante cada pretensión del gobierno británico.
Considerando la drástica reducción de personal científico en la campaña de este
año, la promesa de desmilitarizar parece ser el anuncio de que en adelante
también se reducirá el número de militares qué, enfrentando día tras día las
inclemencias del inhóspito continente, construyen nuestra soberanía. Las perspectivas
territoriales argentinas no volverán a ser las mismas después de esta
administración neo colonial que garantiza localmente la supremacía antártica
del poderoso Reino Unido.
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