22 de febrero de 2017
| El país
EL CAMARISTA ENRIQUE ARIAS GIBERT APUNTADO POR EL GOBIERNO POR SU FALLO A FAVOR DEL GREMIO BANCARIO
Junto con Graciela Marino, Gibert
firmó el fallo que enfureció al Gobierno a tal punto que pidió su juicio
político. Asegura que nunca supo de un caso parecido y que el objetivo del
Ejecutivo es “imponer el pensamiento único”.
Según el Gobierno, el camarista
Enrique Arias Gibert acumuló cinco causales de juicio político por su fallo.
Según el Gobierno, el camarista Enrique Arias Gibert
acumuló cinco causales de juicio político por su fallo.
(Imagen: Joaquín Salguero)
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El Ministerio de Trabajo presentó
un pedido de juicio político ante el Consejo de la Magistratura contra los camaristas
del fuero laboral Enrique Arias Gibert y Graciela Marino por haberle dado la
razón al gremio de los bancarios durante su reciente discusión salarial, que
los enfrentó en simultáneo con el Gobierno y la banca extranjera. En su fallo,
Gibert y Marino le exigieron al Ejecutivo que se abstuviera de interferir en la
paritaria, porque entendieron que no existían razones legales para que lo
hiciera. Fue uno de los factores que inclinaron la balanza en favor de los
bancarios –junto al anuncio de un paro de 72 horas–, y que le permitieron
perforar el techo del 18 por ciento de aumento que intenta imponer el Gobierno.
Tras firmar el acuerdo a regañadientes, el Ministerio de Trabajo redobló la
apuesta y pidió la destitución de Gibert y Marino, bajo los cargos de “mal
desempeño, falta de idoneidad, negligencia grave, arbitrariedad, falta de
imparcialidad e incumplimiento de la Constitución nacional”. En diálogo con
PáginaI12, Gibert replicó que los funcionarios que lo denunciaron “parecen
nenes caprichosos que desconocen la legalidad” y que su fallo “respetó la ley y
protegió un derecho colectivo”. “En Argentina, como sabemos, hubo abogados y
funcionarios judiciales entre los desaparecidos, hubo y hay amenazas contra
jueces, pero desde que yo empecé a ejercer, en 1989, nunca había visto algo
así: que el Poder Ejecutivo intente sancionar a un juez por el contenido de un
fallo”, le dijo a este diario. “Es como una policía de pensamiento”, remarcó.
–¿Cree que detrás del pedido de
juicio político hay un intento de disciplinar a los jueces, como dijeron ayer
los gremios y la oposición?
– En principio, no me corresponde a
mí hacer especulaciones, pero en este caso hubo muchas cosas raras. Supongamos
que el Gobierno considera simplemente que el fallo es incorrecto. Pero resulta
que terminó firmando el acuerdo paritario, así que no se entiende su planteo.
La denuncia es contradictoria con sus propias acciones. Incluso habían apelado
el fallo y fueron derrotados. Lo único que planteamos fue que el Ministerio de
Trabajo no interfiera en la paritaria.
–¿Lo considera una torpeza del
Gobierno?
–Creo que es un error, pero no me
gustan las suspicacias. Me atengo a los hechos objetivos: insisto en que el
Ministerio de Trabajo no puede anular una paritaria o fijar un techo salarial
si no tiene una razón legal para hacerlo. El Ministerio no es el titular de
ningún derecho, como tampoco lo es el Poder Judicial. Los titulares son las
asociaciones gremiales y las asociaciones de empresas. El Estado interviene
sólo cuando la legalidad está amenazada: cuando lo que se intenta es imponer un
convenio por debajo de lo que dictan las leyes laborales o se afecta la
competencia.
–Usted habla de error, y el
Gobierno viene admitiendo varios últimamente. ¿Espera que también lo haga en su
caso?
–Algo insinuaron recientemente:
dijeron extraoficialmente que están haciendo “intentos” para ver si tienen o no
consenso en el Consejo de la Magistratura. Veremos. No me gusta hacer
especulaciones sobre el futuro, pero estoy seguro que el pedido de juicio
político es legalmente inadmisible.
–¿Teme que se active el
enjuiciamiento?
–El sólo hecho de haber pedido la
destitución para el Gobierno ya está siendo un problema, lo que es de público
conocimiento. Espero que abrir las puertas a que un juez sea llevado a jury de
enjuiciamiento por el contenido de un fallo, que le puede gustar o no al
Gobierno, abre la puerta al fin de la división de poderes. Creo que más allá de
las mayorías o minorías políticas en el Consejo de la Magistratura, quienes lo
integran no van a poner en riesgo el Estado de Derecho.
El fallo y la paritaria
Gibert y Marino dieron curso a
fines de enero, durante la feria judicial, a una medida cautelar pedida por los
gremios bancarios. El fallo daba por válido el preacuerdo firmado en noviembre,
del que participó el 80 por ciento de las patronales del sector financiero y al
que se opuso en soledad la banca extranjera, nucleada en la Asociación de
Bancos de la Argentina (ABA). Los camaristas también le exigieron al Ministerio
de Trabajo que dejara de interferir en las negociaciones. El Ministerio apeló y
obtuvo una segunda derrota judicial. Tras el anuncio de un paro de 72 horas, el
jueves pasado, el acuerdo paritario se firmó: 24,3 por ciento para este año,
muy por encima del techo del 18 que impulsa el Ejecutivo. Incluso, considerando
las compensaciones cobradas por los bancarios en enero, el aumento el año
pasado fue de un 44 por ciento, según lo reconoció una de las cámaras del
sector, la Asociación de la Banca Especializada (ABE). Para Gibert, el Gobierno
reaccionó denunciándolo “como un nene caprichoso que pierde dos veces y, como
pierde, quiere llevarse la pelota”.
–¿El Gobierno intentó beneficiar a
la banca extranjera?
–Es que la banca extranjera terminó
firmando tranquila el acuerdo. El que realmente se oponía, entiendo yo, es el
Ministerio de Trabajo. Incluso presentó un recurso in extremis ante la Cámara
II contradiciéndonos y volvieron a perder. Se comportaron como un nene
caprichoso que pierde dos veces y como pierde quiere llevarse la pelota. Pero
de todas formas están las leyes laborales y la Constitución, y lo que hemos
hecho es actuar en función de ellas.
–¿Las leyes laborales argentinas
ayudan en este tipo de casos?
–Está muy claro que las empresas
son un sujeto de mayor poder frente a un trabajador. Pero no considero que haya
una legislación de avanzada en temas laborales. Muchas veces debemos apelar a
los convenios de la OIT que, son mejores que las leyes laborales de nuestro
país.
–¿Para qué cree que servirá, si
sirve de algo, este caso?
–Para que todos los ciudadanos
entiendan que estamos en un Estado de Derecho que tiene que ser defendido. Los
pueblos que no luchan por sus derechos no merecen tenerlos. Yo hubiera podido
dictar cualquier sentencia pero si no hubiera habido resistencia y organización
sindical hubiera sido otro el resultado del conflicto.
–¿Por qué considera que hay una
“policía de pensamiento”?
–Cuando dicen que existen los
partidos republicanos me río porque no hay otra alternativa que ser republicano,
democrático, respetar la independencia de poderes. Es un derecho de todo
ciudadano y no un partido. Como sabemos, hubo en nuestra historia abogados y
funcionarios judiciales entre los desaparecidos, hubo y hay amenazas contra
jueces, pero desde que yo empecé a ejercer en 1989, nunca había visto algo así:
que el Poder Ejecutivo intente sancionar a un juez por el contenido de un
fallo. Acá nos quieren imponer el pensamiento único: una sociedad sin
enfrentamiento, una idea bastante peligrosa que lleva justamente a la nada
misma.
Entrevista: Matías Ferrari.
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