Recuerdo que a mediados de los 80 los destinos de la vida me
llevaron a la Plaza España en Resistencia, donde un cantor del pueblo chaqueño
describía sus dolencias, nostalgias, sus historias, los sueños, sus alegrías,
pintaba a su pueblo de la mejor manera. Lucía de Arena, Cacique Catán, Nocaut
González, el negro Pavón, soldado muerto en Malvinas, el Ramón, Juana, la
lavandera, Ricarda, la Loca Margarita, Mate Cocido, el Cristo de los Villeros y
los negros de brillantes y blancos dientes del Camba Cuá.
Todo eso lo reviví hoy en el Karaí Octubre organizado por la
Municipalidad de Corrientes, cuando Lucas Segovia, hijo de Zitto subió al
escenario.
Lucas, compañero, profundamente interesado por los Derechos
Humanos, con sus recuerdos de los caídos en la masacre de Margarita Belén en
1976, y la del pueblo originario de Napalpí, preocupado por todos los
desposeídos de la Patria que cada vez son más.
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