Washington Uranga presenta como experiencia de comunicación
alternativa las “Cartas al Pueblo de Dios” que quincenalmente difunden los
sacerdotes católicos que integran el Grupo de Curas en la Opción por los
Pobres.
Por Washington
Uranga
Desde hace casi nueve meses el llamado Grupo de Curas en la
Opción por los Pobres (COP) emite quincenalmente una “Carta el Pueblo de Dios”
en la que hacen un recuento de información nacional de todo orden y aprovechan
para exponer sus opiniones sobre la situación del país. Los COP son sacerdotes
católicos que trabajan en medios populares y suelen expresarse con autonomía
respecto de la institución eclesiástica y de sus autoridades.
Las cartas, que no están dirigidas solo a los católicos, se
han transformado en una experiencia de comunicación alternativa digna de ser
analizada desde la perspectiva religiosa, por cierto, pero también desde la
mirada de quienes se ocupan de los temas de comunicación.
“A poco de cumplidos los dos meses del gobierno de Cambiemos
(principios de febrero) nos preocupaba la falta de información” afirma el
sacerdote Eduardo de la Serna, coordinador de los COP, en diálogo con Página/12
a propósito de la iniciativa. “Las voces opositoras eran muy pocas, y el
aparato mediático de publicidad era inmenso”, sostiene. Y relata que “un grupo
de curas nos reunimos en ese entonces en Berazategui, en una parroquia, para
ver qué hacer, qué decir… y surgió la idea de escribir una carta quincenal -
que llamamos “al Pueblo de Dios” - informando a quienes quisieran oír algunas
cosas que ocurrían y no tenían la debida trascendencia”.
¿Por qué ahora y no antes? se le pregunta. “No negábamos que
ocurrieran cosas en tiempos anteriores, pero había centenares de voces que
informaban de eso, o - con frecuencia - deformaban. Antes no hacían falta voces
que mostraran cosas cuestionables del gobierno anterior” afirma el sacerdote.
Ya van diecisiete ediciones de la “Carta el Pueblo de Dios”
y en ellas se puede encontrar un compendio de información y voces que no
alcanzan repercusión en el sistema mediático. Con el tiempo “la Carta” también
creció en extensión, por los datos que los curas recogen aquí y allá entre sus
feligreses, pero también por el aporte de organizaciones y grupos que aprecian
la existencia de este canal abierto de comunicación alternativa. Las cartas son
cada vez más extensas. La última fue de 17 páginas.
“Lo siguiente que nos propusimos fue no preocuparnos si la
carta resultaba extensa”, dice de la Serna, conocedor de que los textos
excesivamente largos difícilmente logren espacios en los medios de
comunicación. “Es sabido que lo largo atenta contra la lectura, pero nos guió
el ejemplo de monseñor (Oscar) Romero (arzobispo salvadoreño asesinado el 24 de
marzo de 1980) que domingo a domingo por la radio diocesana (u otras cuando las
bombas acallaban la señal) informaba a todos todo lo que ocurrió en la semana
transcurrida en violaciones de derechos humanos, en atentados, en lo que
afectaba a los pobres”.
Está claro que el propósito de los COP no es aparecer
principalmente en los medios masivos de comunicación, sino llegar a través de
redes sociales, impresas y circulando de mano en mano, ser leídas en las
capillas y parroquias. Para muchos estas cartas son documentos que sirven para
debatir la realidad del país desde la perspectiva de los pobres.
“Las homilías de Romero eran larguísimas, lo contrario de lo
que se espera que una homilía sea, pero el país entero se paralizaba
escuchándolo. Tener una voz profética fue el criterio, probablemente poco
periodístico” agrega al respecto el coordinador de los COP.
También existe cuidado para que la información que se
incluye sea veraz y esté comprobada. “Nos comunicamos en las redes para que
toda la información, debidamente chequeada, pudiera juntarse para luego
distribuirla temáticamente en la carta”, sostiene el sacerdote.
No se rehúye el debate y el posicionamiento político. “Hay
algunos temas que son recurrentes, especialmente porque nos negamos al olvido,
como la prisión política e injusta de Milagro Sala y sus compañeros y
compañeras, y el escándalo de los Papeles de Panamá”, asegura de la Serna.
Ni él ni el resto de sus compañeros sacerdotes desconocen la
importancia política y comunicacional de lo que están haciendo. “Sabemos que
las cartas tienen una trascendencia importante. Gente creyente o no, de
diferentes grupos y regiones las tienen como punto de referencia. Y eso molesta
en el Gobierno. Molesta y nos han infectado de trolls los espacios, o incluso
nos han seguido, o hasta ha aparecido gente doliente o agradable a encantarnos,
seducirnos y tratar que ‘pisemos el palito’. Sabemos que al Gobierno y sus
amigos les molesta, como vemos en algunas reacciones y publicaciones. Un
Gobierno que sigue intentando callar todas las voces posibles, espiar
periodistas, no pagar pauta publicitaria, muestra todo su autoritarismo, y como
curas, desde la Palabra de Dios y mirando la realidad, ‘con un oído en el
Evangelio y otro en el corazón del pueblo’ seguimos decididos a hacer escuchar
nuestra voz”, concluye.
Fuente: Pagina 12 - La Ventana
No hay comentarios:
Publicar un comentario