Las baldosas serán exhibidas en la ex ESMA y quedarán en
poder de las Madres de Plaza de Mayo, que aceptaron su retiro con la condición
de volver a pintarlas apenas terminen las remodelaciones.
En el marco de las remodelaciones en Plaza de Mayo –que
quedaron en medio de la polémica ante la denuncia de que no respetan la
legislación porteña sobre patrimonio histórico-, el Gobierno de la Ciudad sacó
las baldosas con pañuelos pintados en el área que rodea a la pirámide y se las
entregó a las Madres de Plaza de Mayo, que aprobaron el retiro con la condición
de poder volver a pintarlos cuando terminen las obras.
Las baldosas con los históricos pañuelos pintados donde las
Madres hacen su ronda todos los jueves serán exhibidas en el Salón de los
Pañuelos Blancos, el ex quincho de la ESMA, donde hay una muestra permanente de
fotografías que reconstruyen la historia de los organismos de derechos humanos.
Otra parte será trasladada a la sede de
la Asociación Madres de Plaza de Mayo y dos pañuelos a la sede de Madres de
Plaza de Mayo Línea Fundadora.
El área que rodea a la Pirámide de Mayo, donde estaban los
pañuelos, está protegida por la ley 1653 sancionada por la Legislatura porteña
que declaró Sitio Histórico a ese espacio. Las tareas en la plaza, sin embargo,
implican la remoción de las baldosas, algo que se hizo con acuerdo de las
Madres que luego se encargarán de reponer las imágenes: cuando terminen los
arreglos, las organizaciones harán una jornada de trabajo para pintar los
pañuelos nuevamente.
“No es que los retiran de la Plaza”, dice Taty Almeida de
Madres Línea Fundadora al portal El Cohete a la Luna. “Los retiran de la Plaza
porque están arreglando todo. Pero lo que acordamos con la gente del gobierno
de la Ciudad que nos vino a preguntar, es que van a sacar los bloques porque
están ya viejos. Y cuando estén listos –pusimos como condición–, los vamos a
pintar nosotras”.
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