Se trata de Virgina Creimer, de amplia trayectoria en la
medicina forense. Le iniciaron una causa penal y tuvo que renunciar a su
empleo.
La médica Virginia Creimer fue una de las profesionales que
examinó al represor Miguel Etchecolatz, y determinó que este no tenía ninguna
enfermedad. Después de ello, encontró un cuchillo de carnicero con sangre en la
cerradura de la puerta de su casa y tuvo que renunciar a su empleo en el Estado
Nacional.
En diálogo con HOY, la profesional recordó que, por orden
judicial, tenía que examinar al genocida junto con colegas del Hospital Ramos
Mejía, de la Corte Suprema y el perito de parte del acusado, Mariano Castex.
“Una vez reunidos (los médicos), ingresó el interno en toda una puesta en
escena: semidesnudo y envuelto en una sábana y con un suero colocado, cuya
indicación se desconocía y no constaba en su historia clínica”, comentó
Creimer.
Junto con los profesionales del hospital, la médica legista
recordó que le realizaron el examen físico al represor, “del cual surgió que
las patologías que acusaba el abogado defensor no existían. Los peritos del
Ministerio Público de la Defensa, Castex y el de la Corte se quedaron por fuera
del consultorio. Dicha abstención debería haber significado la anulación de la
opinión de los profesionales, ya que no cumplieron con la manda judicial”.
“Por realizar la evaluación de Etchecolatz, que no poseía
ningún criterio patológico que requiriera un tratamiento por fuera de la unidad
carcelaria, con los escritos del Dr. Castex, basados en las encíclicas papales
y no en la ciencia, el mismo interno me inició una causa penal por tratos de
degradantes. Es decir: el gran torturados de la provincia de Buenos Aires me
estaba iniciando una causa por torturas. La misma fue archivada prácticamente
de forma inmediata”, explicó la profesional.
Por ello, Creimer le comunicó a su “superior, la Dra.
Cristina Camaño, la maniobra que hubo, y esta misma funcionaria me ordenó que
no participara más de las causas de lesa humanidad porque ella daba clases con
los libros de Castex, sin comprender que este accionar no era contra Creimer
sino para amedrentar a cualquier perito que le negara una prisión domiciliaria
(a Etchecolatz). Poco tiempo después, le solicité a la misma funcionaria
seguridad para mi y para mi familia lo cual me fue negado”.
“Aproximadamente una semana después de ese hecho, en la
cerradura de la puerta de mi casa apareció un cuchillo ensagrentado mientras mi
hija adolescente dormía. Esta circunstancia me llevó a retirarme del Estado,
porque mi primó la protección de mi familia. La ausencia e irresponsabilidad
del Estado hizo que tuviera que renunciar a mi cargo en el Ministerio Público
Fiscal de la Nación”, explicó la médica. Añadió que “varios de los genocidas a
los cuales también había examinado y no había constatado patologías para el
traslado a su hogar, ahora se encuentran afuera”.
Luego, Creimer creó la Consultora Pericial en Ciencias
Forenses, adonde le llegan casos de todo el país y llegó a firmar convenios con
otras instituciones. La médica, además, es experta en abuso sexual infantil.
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