27 de enero de 2018
Un infierno que duró 42 días
La Justicia procesó a 33 personas, incluido el joven de 19
años que había ido a pasear a Capital y terminó en la cárcel. Otras cinco
continuaban en prisión. Según el fallo, los manifestantes “increparon” a las
fuerzas de seguridad y eso motivó su “intervención”.
Eduardo Rossano viajó desde Morón a pasear con un amigo y
fue detenido cuando intentaba ayudar a una mujer que se había caído.
Eduardo Rossano viajó desde Morón a pasear con un amigo y
fue detenido cuando intentaba ayudar a una mujer que se había caído.
Tras pasar 42 días en la cárcel, Esteban Rossano salió en
libertad. El joven de 19 años había sido detenido el 14 de diciembre durante la
primera de las dos las protestas contra la reforma previsional. Vino a pasear a
Buenos Aires con un amigo y fue detenido al voleo, como tantos otros durante la
violenta represión policial de aquel día. El juez federal Claudio Bonadio
dispuso ayer su liberación, aunque seguirá procesado. En la misma resolución,
el magistrado procesó a otros 33 imputados en la misma causa, acusados de
intimidación pública, atentado a la autoridad agravado y daños, y sobreseyó a
otros 11. Rossano fue el único de los seis detenidos en el marco de éste
expediente que recuperó la libertad.
Adrián Albor, abogado de Rossano, contó ayer PáginaI12 que
esperaban que el joven recuperara su libertad anoche a última hora. Al cierre
de ésta nota solo restaba que le realicen exámenes de rigor en el penal de
Marcos Paz.
El abogado explicó que el juez dictaminó el procesamiento de
Rossano por los delitos de intimidación pública y resistencia de la autoridad,
pero revocó la prisión preventiva que regía desde el 14 de diciembre. “Tenía
que justificar por qué lo mantuvo preso tantos días. Esteban no tiene nada que
ver, ya hemos aportado las pruebas y queremos que se tomen las declaraciones
testimoniales”, añadió Albor. “La justicia está haciendo el trabajo sucio de
Macri, desalentando la protesta. La manifestación es absolutamente válida, pero
este chico no tenía nada que ver con la protesta, no tiene idea de política, ni
siquiera sabía qué se estaba tratando en el Congreso”, insistió el abogado.
El día de la primera protesta contra la reforma previsional,
Rossano, oriundo de Morón, había venido a la Ciudad de Buenos Aires junto a un
amigo para pasear. Luego de almorzar, se tomaron el subte, pero bajaron en la
estación equivocada, en Sáenz Peña. Cuando ambos salieron a la calle, quedaron
en medio de la represión.
Esteban ayudó a una mujer que había caído por las escaleras
y luego le exigió a unos gendarmes que dejaran de golpear a otra persona. Los
efectivos lo agarraron de los pelos y lo detuvieron, mientras su amigo logró
escapar para luego dar aviso de la detención. Albor denunció que Esteban fue
golpeado, tanto en el edificio Centinela, donde lo llevaron los gendarmes luego
de detenerlo, como en el Servicio Penitenciario Federal. También explicó que
las fuerzas de seguridad plantaron evidencia (una mochila con piedras y
panfletos políticos) para justificar la detención decidida por Bonadio.
En su resolución de ayer, Bonadío también dictó la falta de
mérito para otros 7 de los acusados y sobreseyó a dos de los imputados, según
consta en el fallo de 107 páginas difundido a través del portal del Centro de
Información Judicial, que depende de la Corte Suprema de Justicia.
El magistrado hizo un repaso de los hechos ocurridos el 14
de diciembre, se refirió incluso a las distintas posiciones políticas en
relación a la reforma y aseguró contar con imágenes de la actitud asumida de
casi todos los procesados durante aquella jornada. Sin embargo, en el caso de
Rossano reconoce que “no se cuenta con filmaciones”, pero según el juez
“existen a su respecto elementos que evidencian su accionar”. Esos elementos de
prueba serían la mochila que le fue secuestrada aquel día, en la que había
“piedras y prendas de vestir con inequívoco fin –común a quienes concurren a
manifestaciones para practicar desmanes– de cambiar su apariencia y dificultar
su identificación”. Sin embargo, el joven ya declaró que tanto las piedras como
unos panfletos fueron plantados por las fuerzas de seguridad para justificar su
detención.
En su descripción de los hechos, el juez justificó la
represión. Relató que el 14 de diciembre, cerca de las 13, “diferentes grupos
de personas de ambos sexos, entre los que se encontraban algunas con su rostro
cubierto, comenzaron a increpar al personal de la Gendarmería Nacional y de la
Policía Federal Argentina que estaba en las inmediaciones de la Av. Rivadavia y
Callao, por un lado, y la Av. Rivadavia y Bartolomé Mitre”. “Tal situación
–continuó el juez– motivó la intervención de las fuerzas para hacer cesar el
delito mediante los elementos habituales para tal fin, dispersando a los
manifestantes, lo cual se repitió varias veces, pues los mismos tornaban al
lugar una y otra vez para continuar con las agresiones”.
El fallo no hizo ninguna referencia a las agresiones que
sufrieron algunos legisladores nacionales, como la diputada Mayra Mendoza, que
fue rociada por gas pimienta, pero hizo un listado con las supuestas lesiones
de los policías y efectivos de Gendarmería.
En relación a las seis personas que continuaban detenidas en
el marco de este expediente (Juan Salomón Vallota, Sebastián Giancarelli, Diego
Parodi, Pablo Giusto, José María Carrizo y Esteban Rossano), el magistrado dispuso
sólo la liberación de una (Rossano).
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