Por Carlos
Aznárez, Resumen Latinoamericano, 15 octubre 2017
El chavismo vuelve a ganar como el pasado 30 de julio, y
gana por varias razones indiscutibles. La primera porque las elecciones se
dieron en un marco de absoluta paz, sin ningún tipo de incidentes. Segundo porque el voto fue masivo, el bravo
pueblo salió otra vez a votar con todo, como el pasado 30 de julio para la
Constituyente. En un país donde el voto no es obligatorio salieron a cumplir
con su mandato democrática el 61,4% de los votantes. El resultado oficial es
implacable para quienes apostaron a la desaparición del chavismo: 17
gobernaciones sobre 22 quedaron para el PSUV. Y puede sumarse una más en las próximas
horas, si se consolida el triunfo en el Estado Bolívar.
Además, para mayor escarnio de los que hasta hace pocos días
apostaban a la violencia, el chavismo se impuso en Miranda, generando allí una
victoria estratégica.
Esto no es un
milagro, sino que es la mejor demostración de conciencia cívica e ideología
revolucionaria que posee el pueblo de Chávez y de Maduro, esas mujeres y
hombres que derrotaron a la violencia con su movilización en las calles y a
través de las urnas. La democracia participativa es para ellos y ellas un arma
invencible, y la han sabido usar de la misma manera que en los momentos más
duros, siguieron construyendo Revolución.
La oposición ha quedado otra vez sin discurso y por más que
sus padrinos Trump, Luis Almagro y la Unión Europea cacareen y amenacen, la
verdad es la única realidad. No hay nada que pueda quebrar la dignidad y la
valentía del pueblo venezolano que hoy,otra vez, ha arrollado al fascismo
encubierto detrás de la MUD y sus orientadores internacionales.
Festejar la victoria
pero no minimizar al enemigo
Derrotada nuevamente en el ámbito local, ahora a la
oposición sólo le queda recostarse en la agresión internacional que se seguirá
gestando, sin duda, con Estados Unidos como ariete fundamental. Por un lado,
insistiendo en la idea de la intervención directa, y para ello podrían estar
pensando en gestar lo que Almagro puso en práctica días atrás con la idea del
“gobierno paralelo”. No es extraño que intenten lo que en otro momento trataron
de hacer en la llamada “media luna” boliviana y que Evo Morales supo derrotar.
En esta ocasión, no es de extraár que el Imperio trate de aprovechar la
victoria de la oposición en los estados fronterizos, como Zulia, Táchira y
Mérida, para imaginar allí una base de aterrizaje intervencionista.
En ese marco, los medios hegemónicos, que en los últimos
días invisibilizaron la elección, ahora ya están cantando “fraude” y
seguramente en los próximos días calentarán el ambiente nuevamente con el
retorcido argumento que “la dictadura de Maduro” se ha “inventado” un triunfo
que no es tal. El nivel de infamia que destilan estos medios no sorprende, pero
frente a cada una de estas maniobras se volverá a levantar, sin dudas, el muro
inexpugnable del pueblo bolivariano. El mismo que lanzó su grito de “no
pasarán” el 30 de julio y que este 15 de octubre lo ha reafirmado plenamente.
A festejar entonces, en Venezuela y en la Patria Grande,
pero a no bajar la guardia ni un tantito así, como diría el Che. Ya que el
enemigo que se enfrenta es el mismo del que ya nos advirtieran Martí, Bolívar,
Fidel y Chávez.
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