La Fuerza Artística de Choque
Comunicativo (FACC) escribió un mensaje con el cuerpo de 500 artistas en una
acción desarrollada este traumático viernes en cuatro puntos del país: Comodoro
Rivadavia, Ledesma, Esquel y el Congreso de la Nación. La máquina de
desinformar quiso desvirtuarlo, pero quienes lo vieron lo sintieron fuerte y
claro. Es un mensaje que tiene como objetivo hacernos reflexionar sobre qué
significa construir en estos tiempos democracia.
Cuatro acciones en idéntica
sintonía. Trajes negros, picos de pájaro y música compuesta especialmente,
ejecutada por cuerdas y bronces.
Y silencio.
Solo eso.
A lo largo de este traumático
viernes, cada acción tocó un punto neurálgico del dolor que produce la
actualidad argentina.
La playa de tanques de petróleo
extraído con fracking, en Comodoro Rivadavia.
La mansión La Rosadita, de los
Blaquier, en Ledesma.
El batallón de Gendarmería que
participó del operativo que culminó con la desaparición de Santiago Maldonado,
en Esquel.
Reportaje fotográfico de Nacho Yuchark para lavaca |
Para cuando la llegó a la
Capital, la postal de 200 pájaros parados frente al Congreso de la Nación y el
cartel que proclamaba “Esto es terrorismo de Estado” era algo más que una
performance artística. La noticia de que el cuerpo encontrado era de Santiago Maldonado
había estallado en los corazones de la ciudad apenas media hora antes. Pero
también las cadenas de desinformación habían operado para desvirtuar el sentido
de este mensaje en cuatro actos. En televisión atribuían el capítulo Esquel de
esta acción de la FACC (Fuerza Artística de Choque Comunicativo) a la RAM
(Resistencia Ancestral Mapuche), transformando los picos de pájaro en capuchas
y las cuerdas y trompetas en palos. La cadena desinformativa siguió en Infobae
y en TN, con mentiras calcadas. El hedor de la cloaca informativa no alcanzó a
impregnar la mirada de quienes detuvieron la apresurada vuelta a casa para
convertirse en público, en abrazo y en aplauso.
Como sucedió en cada uno de los
cuatros puntos elegidos, ese silencio sostenido durante casi una hora fue algo
más que silencio: fue respuesta.
Al miedo, cuerpos.
A la violencia, arte.
A la máquina de disparar
palabras, presencia.
A Santiago, homenaje.
Cada artista puso lo que sabía y
lo que sentía a disposición de un acto que quienes pudieron verlo, lo
comprendieron.
El discurso de la FACC no se
escucha: se siente.
La máquina de escupir violencia
no puede responder esa pregunta.
No era un acto electoral, aunque
sí político.
No era una consigna, aunque si
protesta.
No era una proclama, aunque sí
mensaje.
Reportaje fotográfico de Nacho Yuchark para lavaca |
No era un ataque, aunque sí
ruptura.
Reportaje fotográfico de Nacho
Yuchark para lavaca
¿Qué rompió la FACC con esta
acción?
Rompió la lógica del sistema, que
en momentos de trauma social quiere imponerse como nuestra.
Mujeres, hombres, travestis
pusieron sus cuerpos en esos trajes y en esos picos para transformarse en
pájaros y, en momentos en que nos hunde la impotencia, darnos vuelo.
Reportaje fotográfico de Nacho Yuchark para lavaca |
No es la primera vez que la FACC
cura con su arte nuestras heridas sociales, pero sí fue la primera vez que el
lenguaje artístico y político que creó se extendió a otras geografías, poniendo
en evidencia que el tejido social es más amplio, más solidario y más generoso
que la horrible postal que recortan medios y redes virtuales.
Toda esa evidencia es potencia.
Todo ese arte es político.
Toda esa acción es esperanza.
Este traumático viernes, más de
500 artistas anónimos escribieron con el alma un mensaje en cuatro actos.
La democracia no se reduce a un
día y a una urna.
Es, también y sobre todo, aquello
que hacemos y aquello que dejamos hacer, cada día, cada cuerpo.
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