El cuerpo encontrado en el Río Chubut es el de Santiago.
La incertidumbre sobre su paradero ha terminado. El calvario
que nuestra familia inició el mismo día en que supimos de su desaparición no
terminará hasta obtener Justicia.
Muy poco podemos decir sobre nuestros sentimientos ante la
confirmación de la identidad de Santiago: este dolor no sabe de palabras.
Las circunstancias del hallazgo del cuerpo nos generan
muchas dudas. Creemos que es el momento de avanzar con firmeza en la
investigación y dejar trabajar sin presiones al Juez Lleral. Necesitamos saber
qué le sucedió a Santiago y quiénes son los responsables de su muerte. Todos.
No sólo quienes le quitaron la vida sino los que, por acción u omisión,
colaboraron en el encubrimiento y perjudicaron el proceso de búsqueda.
Estábamos en lo cierto al reclamar por la inacción,
ineficacia y parcialidad del Juez anterior en la tramitación de la causa. Nos
sigue resultando inexplicable la negativa del Gobierno Nacional ante el
ofrecimiento de colaboración de expertos de la ONU, de comprobada experiencia
internacional. Nadie podrá sacarnos de la cabeza que se podría haber hecho
mucho más y mucho antes.
A los medios de comunicación, a las organizaciones sociales,
de derechos humanos, gremiales, a las personas que nos han acompañado en las
marchas por Santiago, les pedimos que sigan manteniendo el reclamo por
Justicia, con más fuerza que nunca y en paz. A las fuerzas políticas, que hagan
el mayor esfuerzo para apoyar y garantizar todas las acciones que nos ayuden a
encontrar la Verdad y lograr Justicia.
La muerte de Santiago no debe ser motivo de divisiones o
pujas interesadas. Nadie tiene derechos sobre el dolor de esta familia, para la
que pedimos respeto.
Por Santiago, por nosotros
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