Marcelo Laslo, el investigado testaferro de Ricardo Colombi,
por el regalo de la casa de Perú y Avenida Pujol, causa que se encuentra
paralizada por la desaparición de cuerpos del expediente, fue imputado el
miércoles por enriquecimiento ilícito y posible lavado de dinero en el
resonante caso Pyramis, la cooperativa que funcionaba como un banco clandestino
en la ciudad de Corrientes.
El generoso amigo del mandatario correntino, cuando estalló
el escándalo de la financiera del grupo Boschetti, fue una de las primeras
personas que se presentó a la cueva ubicada por calle Córdoba al 1200 a
reclamar por su caja de seguridad, donde tenía guardado unos miles pesos y
dólares en ahorro. Un dinero no declarado ante la AFIP.
Laslo es empleado del Estado Nacional, desempeña tareas en
el PAMI, donde alguna vez fue su titular en la Delegación Corrientes, cargo al
que llegó durante el malogrado gobierno de Fernando de la Rúa, justamente por
pedido del mercedeño. Ayer el Fiscal Federal Flavio Ferrini, requirió que se
investigue su posible enriquecimiento ilícito como un asalariado de la nación.
Ferrini busca determinar la profundidad y ramificaciones de
los delitos económicos que se perpetraban en la entidad cuyos principales
directivos ya fueron procesados por el delito de “intermediación financiera” al
margen de la legalidad. La mayoría de los imputados, curiosamente, tienen
vínculos con el Frente gobernante. No pocos políticos ocultaban en esa
financiera fantasma un considerable patrimonio.
Marcelo Laslo como locatario de una caja de seguridad,
guardaba su pequeña fortuna dentro de ella. Ahora deberá justificar el origen
de sus “ahorros”, como simple trabajador estatal. Por el momento no pudo
demostrar de donde consiguió esos billetes.
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