Fue a cambio de la permanencía de Elena Highton de Nolasco,
que supera los 75 años de edad, como ministra de la Corte. Por eso la
magistrada dio su voto a favor del 2×1 sin siquiera haber estudiado el fallo.
En la maniobra participaron el flamante ministro de la Corte Carlos Rosenkrantz
y Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el mismo que intentó nombrar por decreto a
Horacio Rosatti y Rosenkrantz como jueces de la Corte. La intención fallida del
Gobierno era fidelizar un millón de votos militares, mediante aliviar la
situación de los represores presos, y mitigar la bronca por el recorte
presupuestario que se intenta llevar adelante en el ministerio de Defensa, para
bajar el déficit fiscal.
Por Lea Ross | @LeandroRoss y Javier Llorens
La historia podría llamarse como la Semana que estremeció el
país. El primer día fue cuando la Corte Suprema de Justicia emitió su sentencia
al caso “Bignone, Reynaldo Benito Antonio y otro s/a determinar”, que convalidó
el beneficio del 2×1 al condenado por crímenes de lesa humanidad Luis Muiña. Y
una semana después, como cierre de ella, el Boletín Oficial publicó la Ley
27.362, que inhabilitó ese beneficio para dichos crímenes. Aprobada con un casi
unánime consenso parlamentario, el mismo día en que el máximo tribunal anunció
que iba a realizar una revisión del 2×1.
Detrás de todo esto que sucedió entre el 3 de mayo y el 11
de mayo pasado, ocurrieron situaciones que son reiterativas en nuestra
historia: impulso de leyes de impunidad, masivas resistencia sociales en las
calles, preocupaciones electorales, intereses sectoriales, tribunales cooptados
por el poder político, personajes que operan en la política y la justicia, etc.
Pero quizás nunca en la historia Argentina reciente se habían expuesto todas
estas situaciones de manera tan abierta y tan acelerada.
Como si esa semana fuese, en términos borgeanos, un aleph en
el que confluye todo lo que vemos reiteradamente en la historia social del
país, pero encapsulados esta vez en un tiempo más reducido. Como el cuento de
Jorge Luis Borges, de título homónimo, que lo definía como el punto donde
convergen todos los puntos, algo de eso ocurrió en Argentina hace un mes atrás.
Pero esta historia no se reduce a esa semana. Detrás existió
toda una maniobra que decantó en la decisión de beneficiar a los represores de
antaño, y sus consecuencias sociales, que fueron incontrolables para quienes
detentan el poder. Y terminó generando una pésima imagen de la mayoría de los
magistrados que conforman la Corte Suprema. En particular, de los tres
integrantes que votaron a favor del polémico fallo: Carlos Rosenkrantz, Horacio
Rosatti y Elena Highton de Nolasco.
Ver Prevaricato de la Corte: el 2×1 no correspondía para
narcos, terroristas, lesa humanidad, ni para el cura Grassi
Rosatti y Rosenkrantz fueron los dos ministros de la Corte
que el presidente Mauricio Macri intentó frustradamente, ante el repudio
masivo, designarlos por decreto cinco días después de haber asumido su cargo.
Amparándose en el Artículo 99 inciso 19 de la Constitución Nacional, que
establece que el Presidente: “Puede llenar las vacantes de los empleos, que
requieran el acuerdo del Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de
nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima Legislatura”.
En respuesta a ello, el abogado constitucionalista y ex juez
federal Miguel Ángel Villafañe opinó que “de ninguna manera esta interpretación
de ‘empleado’, con lógica de subordinación, puede aplicarse a la designación,
especialmente, de los miembros de la Corte Suprema, que integran la cabeza de
uno de los tres poderes independientes del Estado Nacional y que es esencial
para la vigencia del Federalismo en Argentina”.
Ver El decreto de Macri respecto la Corte Suprema, un
inconstitucional atentado contra el Federalismo
Ver La ostensible ilegalidad del decretazo con el que Macri
avanzó sobre la Corte Suprema
Mientras que Highton de Nolasco, estuvo en la agencia mediática
en febrero de este año, cuando anunció su pretensión de continuar con su cargo
en la Corte Suprema, después de haber cumplido 75 años en diciembre. Ese es el
tope que impone la Constitución para los magistrados judiciales. La jueza
presentó un amparo judicial en diciembre con ese objeto, y a principios de
febrero recibió un fallo a su favor por parte del juez en lo Contencioso
Administrativo Enrique Lavié Pico, que calza la fama de ser un “juez político”.
Su simple argumento fue que el Artículo 110 de la
Constitución establece que los jueces “conservarán sus empleos mientras dure su
buena conducta”, sin considerar otras disposiciones de ella. Y no obstante que
en el amparo el ministerio de Justicia se opuso terminantemente a que Highton
de Nolasco continuara en su cargo, a continuación curiosamente, se olvidó de
apelar. Dejó que los plazos para hacerlo se extinguieran, adquiriendo así el
fallo de Lavié Pico carácter de cosa juzgada, permitiendo así el Gobierno por
omisión la continuación de la única mujer en la Corte Suprema.
https://www.pagina12.com.ar/18836-la-doble-vara-del-pro-ataca-de-nuevo
Al haber designado previamente a los dos jueces que
pretendía, y con Highton de Nolasco favorecida por la falta de voluntad del
Gobierno en seguir obstaculizando su afán de perpetuarse en la Corte, el máximo
tribunal quedó así conformado con una mayoría de tres magistrados, que
recibieron beneficios “laborales” por parte del actual gobierno nacional: dos
que consiguieron “empleos”, y una tercera que logró conservarlo.
La historia que se narra a continuación embarra aún más
todavía la Corte. Ya que muestra cómo el juez Carlos Rosenkrantz “cajoneó” el
expediente de Leopoldo Schiffrin, con el que posteriormente la Corte Suprema
reimpuso el tope de edad para los jueces, con el objeto de que en el mismo la
Corte fallará después del mencionado fallo de Lavié Picó a favor de Highton de
Nolasco.
Convirtiéndose además en un intermediario decisivo, para que
el Gobierno no apelara este fallo, que hubiese llevado en definitiva a que el
caso de Highton de Nolasco se unificara con el de Schiffrin, o se viera
afectado por este. Así Rosenkrantz habría ayudado de doble manera a la única
mujer de la Corte a mantenerse en su
cargo, a cambio de obtener el tercer voto indispensable, para lograr la mayoría
en el polémico fallo del 2×1.
Esta es una historia que mezcla las operaciones y las
inoperancias, las especulaciones y las torpezas. Que atraviesa y toca a fondo
el período más oscuro que vivió nuestro país, cuyas heridas abiertas todavía no
logran cicatrizar. Y para colmo de males, esto suscitó toda una serie de
reacciones políticas y judiciales, que se comportan como sales que se echan en
esa herida que permanece abierta. Esta es la verdadera historia detrás del
fallo del 2×1.
Rosenkrantz, el juez favorito de Macri, y la ruta del
expediente del caso 2×1.
No hay comentarios:
Publicar un comentario