Fracasaron las negociaciones para
resolver el conflicto. Delegados rechazan el aumento salarial de 21% firmado
por la UTA. Se multiplican las protestas en la ciudad
Pese a las extensas negociaciones
que se extendieron durante toda la jornada, los choferes de colectivos de la
ciudad de Córdoba ratificaron anoche la continuidad de la huelga por tiempo
indeterminado que cumplirá hoy su quinto día consecutivo en rechazo al aumento
salarial de 21% acordado por la conducción nacional de la UTA. El conflicto,
que mantiene paralizado por completo el transporte público en la capital
provincial ya que tampoco funcionan taxis ni remises, amenaza profundizarse
desde hoy por la decisión de un sector de la CGT cordobesa, que nuclea a
gremios de otros servicios sensibles como recolectores de residuos, municipales
y trabajadores de Luz y Fuerza, de sumarse a la protesta con una huelga en todo
el territorio provincial en solidaridad con los choferes. A la par sectores
políticos de izquierda y alineados con el kirchnerismo se movilizaron en apoyo
con el reclamo de los colectiveros enfrentados a la conducción nacional del
gremio.
En ese escenario de fuerte
tensión, que generó preocupación en importantes sectores empresarios de la
provincia, que advirtieron sobre el peligro que el conflicto representa para la
paz social, autoridades del gobierno local de Ramón Mestre solicitaron al
Ejecutivo nacional reforzar la presencia de la Gendarmería en la ciudad para
prevenir eventuales incidentes.
"La situación es muy grave y
el conflicto se ha politizado. No vemos una solución. La UTA nacional se borró
y las autoridades provinciales y de la Nación no están haciendo nada para
resolver el conflicto", se quejaron anoche desde la intendencia cordobesa.
Desde la mañana de ayer y durante
toda la tarde se sucedieron intensas negociaciones para intentar destrabar el
conflicto, pero resultaron infructuosas. Los referentes de la conducción
nacional de la UTA que viajaron a la provincia rechazaron el reclamo de los
choferes locales de desplazar al interventor de la delegación cordobesa del
gremio, Luis Arcano, y convocar a elecciones inmediatas en el sindicato, uno de
los disparadores del conflicto. Los delegados de los choferes provinciales,
liderados por el dirigente Marcelo Marín, ratificaron entonces la continuidad
del paro por tiempo indeterminado e insistieron con el rechazo al aumento
acordado por las cúpula nacional del gremio, que encabeza Roberto Fernández.
En esa línea, su reclamo consiste
en que se respete el esquema de negociación salarial que beneficia a los
choferes cordobeses desde 2011 y que supone un incremento adicional al fijado
en la paritaria nacional. Además, exigen la reincorporación de unos 80
colectiveros que fueron despedidos durante la semana por haberse plegado al
paro, desconociendo la conciliación obligatoria dispuesta por las autoridades
laborales provinciales y firmada por el interventor de la UTA nacional.
Con ese telón de fondo, y la
presencia del dirigente ferroviario Rubén "Pollo" Sobrero en la
ciudad para acompañar la protesta, fuentes de gobierno provincial de Juan
Schiaretti anticiparon la presentación de una denuncia judicial contra los
colectiveros por "amenaza a la paz social".
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