Mártires de Chamical: Condenaron a prisión perpetua a Ángel
Pezzetta por el asesinato de los sacerdotes
El servicio informativo de Radio Nacional difundió la
decisión del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Rioja condenó al ex alférez por los delitos de homicidio
agravado, privación ilegal de la libertad y tortura cometidos en perjuicio
de Carlos de Dios Murias y Gabriel
Longueville, conocidos como los “Mártires de Chamical”, durante la última
dictadura.
El tribunal, integrado por los jueces José Fabián Asís, Juan
Carlos Reynaga y Mario Eugenio Garzón, dará a conocer los fundamentos de la
sentencia el 21 de abril.
Pezzetta, único imputado en el proceso que comenzó el 20 de
noviembre del año pasado, fue encontrado culpable por ser “autor mediato,
penalmente responsable de los delitos de privación ilegítima de la libertad
calificada por simulación de autoridad pública, dos hechos en concurso real,
homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de
dos o mas personas en perjuicio de Gabriel Rogelio Longueville” y de “homicidio
triplemente calificado por alevosía, por el concurso premeditado de dos o mas
personas y ensañamiento en perjuicio de Carlos de Dios Murias”.
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Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville |
La pena contó con la disidencia del presiente del Tribunal,
José Fabián Asís, quien se pronunció por la “absolución del imputado”.
Finalmente, el tribunal dispuso que el cumplimiento de la
pena “se realice manteniendo su alojamiento en las instalaciones del Servicio
Penitenciario Federal, disponiendo su inmediato traslado al Complejo
Penitenciario Federal de Marcos Paz”, en la provincia de Buenos Aires.
Este juicio fue un “residual” del que condenó en 2013 a los
represores Luis Fernando Estrella, Luciano Benjamín Menéndez y Domingo Benito
Vera también a prisión perpetua por los asesinatos de los “Mártires de
Chamical”.
Al elevar a juicio la causa, el fiscal Darío Illanes
entendió que Pezzetta, uno de los jefes de la Base Aérea de Chamical, debe
responder por este delito por considerar que durante la noche del 18 de julio
de 1976, los sacerdotes Murias y Longueville “fueron privados ilegítimamente de
su libertad en ese lugar que hacía las veces de sede de Guarnición Aérea de
Chamical”.
Allí, según el fiscal, “los sacerdotes fueron sometidos a
severo interrogatorio por su militancia, vinculación con (monseñor Enrique)
Angelelli, además de ser sometidos a malos tratos y torturas tanto físicas como
psicológicas”.
La muerte de los sacerdotes se conoció por los dichos
vertidos en sede policial por el ciudadano Julio Carabajal, quien dio cuenta
del hallazgo de dos cuerpos a la vera de las vías a la altura del kilómetro
660/650 el 20 de julio de 1976 cuando regresaba de sus tareas habituales de
refacción de las vías férreas.
Según la causa, Murías y Longueville “fueron llevados con
sus ojos vendados y maniatados hasta la ladera opuesta del terraplén a la vera
de la ruta nacional 38 en donde fueron sometidos a disparos con armas de fuego
largas y cortas de distintos calibres por varias personas”.
El fiscal agregó en su escrito de elevación a juicio que
“los ejecutores actuaron dentro del marco del accionar de las fuerzas armadas
durante la pasada dictadura militar y se infiere de tal suerte que la cadena de
mando superior a sus ejecutores materiales, encomendaron la labor de
inteligencia para llevar a cabo la maniobra al personal de las fuerzas de
seguridad que existían en ese momento”.
Si bien parte de la Iglesia católica fue cómplice del
régimen militar hubo una minoría señalada como los “curas rojos” o comunistas
que luchó contra las atrocidades que se cometieron.
Este grupo se caracterizó por la expresa condena a las
violaciones de los derechos humanos, la participación en manifestaciones,
cartas y homilías públicas contra el accionar represivo, las denuncias al
exterior y el acompañamiento a los familiares de desaparecidos.
Según el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, al
menos dieciocho sacerdotes fueron asesinados o figuran como desaparecidos,
otros diez curas estuvieron presos en la dictadura; treinta fueron secuestrados
y derivados a los centros clandestinos de detención y luego liberados; once
seminaristas fueron asesinados o figuran como desaparecidos y se cree que son
más de medio centenar los católicos laicos víctimas de la represión ilegal.
Uno de los casos que tomó más trascendencia a nivel
internacional fue el de las monjas francesas de las Misiones Extranjeras, Alice
Domon y Léonie Duquet, cuya desaparición ocurrió en diciembre de 1977, junto a
denominado grupo de la Iglesia de la Santa Cruz que integraban las fundadoras
de Madres de Plaza de Mayo.
Hasta ahora, el único miembro de la Iglesia que fue
sentenciado por violaciones a los derechos humanos fue el ex capellán de la
policía bonaerense, Christian Von Wernich.
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