Las muertes por COVID-19 en Estados Unidos alcanzaron el
jueves otro máximo histórico, al duplicar prácticamente el récord anterior
establecido solo un día antes. Un total de 4.591 residentes fallecieron en un
período de 24 horas y 31.000 casos nuevos de coronavirus fueron confirmados en
todo el país. A nivel mundial, más de 145.000 personas murieron tras contraer
COVID-19, según datos compilados por la Universidad Johns Hopkins. En la Casa
Blanca, el presidente Donald Trump detalló el jueves lineamientos federales
para que los estados reanuden sus actividades económicas, afirmando que
dependía de cada gobernador decidir cuándo y cómo flexibilizar las medidas de
distanciamiento social establecidas.
El presidente Trump sostuvo: “Algunos estados no tienen el
mismo tipo de problemas que tienen otros. Ahora que hemos superado el punto
máximo de nuevos casos, estamos comenzando nuestra vida nuevamente. Estamos
comenzando a reactivar nuestra economía nuevamente de una manera segura, estructurada
y muy responsable”.
En una conferencia telefónica que tuvo lugar el jueves,
Trump dijo a los gobernadores del país: “Ustedes van a tomar sus propias
decisiones”, retractándose así de lo que dijo el lunes pasado, cuando afirmó
tener autoridad “total” para indicar a los estados cuándo y cómo reactivar su
actividad económica. Profesionales médicos sostienen que es demasiado pronto
para reabrir centros educativos y comercios, así como para permitir la
celebración de reuniones multitudinarias, sin que esto genere un nuevo aumento
en los casos de COVID-19. Los profesionales afirman que antes de poder
flexibilizar las medidas de distanciamiento social es necesario incrementar
significativamente la capacidad para realizar pruebas de diagnóstico y rastrear
a personas que tuvieron contacto con quienes obtuvieron un resultado positivo.
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