A 42 años de su desaparición forzada
Hoy, 16 de febrero, se cumplen 42 años de la desaparición
forzada de cuatro militantes peronistas en Corrientes: Vicente Víctor “Cacho”
Ayala, Julio César Barozzi, Orlando “Negrito” Romero y Jorge Saravia Acuña.
Sudamericana pudo dialogar con Charito, hermana de “Cacho”, quien conmovida
recordó los hechos y aseguró “lo buscaremos hasta el final de nuestros días”.
También se mostró indignada por la libertad que le otorgó la justicia a
genocidas como Miguel Etchecolatz.
El 16 de febrero de 1976 en esta ciudad, desapareció Vicente Víctor “Cacho” Ayala y otros tres
militantes peronistas. La familia de Cacho, hasta hoy no sabe qué pasó con él y
si lo mataron, tampoco supieron dónde está el cuerpo.
“Él tenía 29 años y era el mayor de ese grupo que
desapareció. Él siempre fue un militante muy comprometido, y viendo la
situación en la que se vivía nos decía `no voy a llegar a cumplir los 30´. Y
creo que lo mataron antes de que cumpla los cumpla”, dijo su hermana Charito
Ayala.
Ellos eran tres hermanos pero Charito y Cacho eran los más
unidos. “Para mí era un hermano – padre. Lo seguí en todo. Él era un muchacho
de fe, cristiano. Comenzó desde el lado religioso su militancia, ayudando a los
inundados, a los humildes. En un tiempo hasta dejo de estudiar y después se
definió políticamente por el peronismo, pero había comenzado como un muchacho
de fe y eso lo tuvo hasta la muerte”·
Cuando sucedió el secuestro Charito estaba llegando a Corrientes.
“Yo no podía vivir acá porque también
estaba perseguida y era buscada en mi provincia. Estaba viviendo en Rosario.
Vine clandestinamente porque hacía mucho que no podía ver a mi familia. Cuando
yo estaba llegando- después me entero- que a él lo secuestraron a esa misma
hora. A mi mamá le pareció extraño que no llegue a casa ese día porque me
él sabía que yo estaba por venir”,
contó.
Desde ese lunes y hasta el jueves la familia estuvo sin
saber qué había pasado con Chacho Ayala,
hasta que se enteraron del secuestro. “En el juicio llore de bronca. Ese
secuestro fue público, fue a la una de la tarde, a las pocas cuadras de mi casa
y él era muy conocido. Lo tuvieron que ver. Nadie pudo siquiera tirar un papel
debajo de nuestra puerta”.
Charito reconoce que con el paso del tiempo pudo entender
algunas actitudes. “El miedo también paraliza”. “Los mentores asesinos supieron
sembrar el terror en toda la sociedad. El común de la gente tenía terror de
hablar, eran como sordos y ciegos. Me tuve que ir porque en esa casa donde
estaba corría peligro, tal es así que esa casa fue allanada días después. Fue
algo muy horrible”.
Ella no pierde las esperanzas de encontrar a su hermano
algún día o al menos saber dónde está su cuerpo. “Lo buscaremos hasta el final
de nuestros días”, dijo entre lágrimas.
También aseguró que es importante recordar lo que pasó en la
época de la dictadura por el momento en el que estamos en Argentina. “Este
gobierno de ricos y para ricos que recurre de nuevo a la depresión para
liquidar los derechos de los trabajadores y de los jubilados, que mata gente,
hay que recordar lo que ya paso. No queremos que vuelva a pasar. Que no se
reprima a la gente que protesta por sus derechos. Nosotros no olvidamos, no perdonamos y
tenemos memoria”.
Genosidas libres
A Miguel Etchecolatz, condenado a cadena perpetua por
crímenes de lesa humanidad, un juez de la dictadura le otorgó el beneficio de
la prisión domiciliaria. “No vamos a perdonar que manden genocidas a su
domicilio. Etchecolatz mataba mujeres embarazadas y ese tipo esta hoy en una
casa de Mar del Plata de vacaciones. Están ocurriendo cosas terribles opero voy
a seguir luchando hasta que me muera y lo voy a seguir denunciando”, manifestó.
Cavbe subrayar que Etchecolatz está fuera de la cárcel,
mientras todavía no se conoce dónde está Julio López ni quién tiene apropiada a
Clara Anahí Mariani.
¿Quien era Vicente Cacho Ayala?
Abogado. Desaparecido en las inmediaciones del club San
Martín. 16 febrero 1976- Legajo de Conadep Nº 385.
Su madre, Sra. De Ayala es uno de los miembros fundadores de
la Comisión de Derechos Humanos de Corrientes.
Cacho nació en Corrientes el 1° de marzo de l946. Cursó su
escuela primaria en el Colegio Salesiano y la terminó en el Colegio de los
Capuchinos en Concordia (Entre Ríos). Terminó el secundario en el Colegio
"Alejandro Carbó" de esa localidad entrerriana, donde figura con
otros 7 desaparecidos en una hermosa placa que les dedicaron.
Decidió seguir la carrera de Derecho, para lo cual regresó a
su tierra natal, objetivo que siempre había soñado.(1964). Su espíritu inquieto
por lo social encontró estímulo en el Padre Raúl Marturet, a cargo por entonces
del Pensionado Católico para estudiantes universitarios del interior. Poco a
poco fue alternando su vida entre la prosecución de su carrera y la opción por
los oprimidos. Por estos motivos, participó a comienzos de los 70 en una huelga
de hambre en favor de los cinco sacerdotes del Tercer Mundo, comprometidos con
su pueblo que fueron excomulgados por las autoridades de la Iglesia :Padres
Raúl l Marturet, Belisario "Pucho" Tiscornia, Luis Niella, Gabino
Casco y Babín.
Participó como estudiante universitario del
"Ateneo", tendencia de la Facultad de Derecho que agrupaba a
militantes de la Democracia Cristiana y a algunos peronistas. Al mismo tiempo
militaba en las villas y barrios marginales de Ctes. Con muchos de ellos
compartió el trabajo en hornos de ladrillos, hecho en forma cooperativa. Pero
no sólo el trabajo, compartía su vida como cristiano y creía que el compromiso
tenía esas características, lo que se decía se afirmaba con hechos.
Simultáneamente se define por el Peronismo Revolucionario,
impulsado por la línea de Jhon William Cooke, traída a Ctes. por su viuda
Alicia Eguren. En ese sentido trabaja activamente, como Juventud Peronista, por
el regreso del Gral. Perón. Así las cosas, su postura se radicaliza en una
militancia activa por el cambio político hacia el Socialismo Nacional. Con la
presencia de López Rega e Isabel en la Argentina , después del efectivo regreso
de Perón, el peronismo de derecha hace estragos sobre el más radicalizado,
acribillando a militantes peronistas de la Juventud. En esos días, a fines de
1974, durante el gobierno de Julio Romero, es detenido y llevado a la U 7 de
Resistencia donde permanece privado de su libertad hasta abril de 1975.
Aclaración: los detenidos estaban a disposición del Poder Ejecutivo Nacional,
sin causa alguna. Después de ser liberado, se traslada a Posadas (Misiones)
donde ejerce su profesión y continúa con su trabajo político, hasta que,
habiendo Isabel Perón y Ruckauf preparado ya el camino del accionar militar y
policial con entera libertad, es secuestrado el 16 de febrero de 1976 en un
procedimiento policial (por cierto vinculado a órdenes militares) efectuado a
la luz del día (alrededor de las 13) frente al Club San Martín de nuestra
ciudad.
Nunca más se lo vio con vida ni se supo nada CONCRETO sobre
él. Dejó a su esposa y un hijo de un año, además de padres y hermanos. Todos lo
buscaron siempre.
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