El canto del Urutaú
Los indios se habían agrupado en
torno del cacique Yaguarí, después de haber sido desalojados por los blancos de
la ribera del Paraná.
Entre los guerreros estaba Urutaú,
famoso por su sentido de la orientación y su habilidad para deslizarse en la
espesura selvática sin ser visto ni oído. Una noche Yaguarí lo mandó a observar
el campamento español y traer noticias sobre cuantos eran y que armas tenían.
Urutaú se encaramó en un lapacho
y desde su altura observó atentamente todos los movimientos del campamento,
hasta que apareció una mujer tan hermosa ante sus ojos que él creyó tratarse de
una aparición. La blanca era esposa de un capitán y Urutaú se enamoró en el
acto de ella, al punto que decidió que no saldría más de esse lugar. Hizo una
flauta con la cual todas las noches le tocaba dulces y tristes melodías que
parecían quejas de una criatura fantasmal.
Yaguarí, cansado de esperar el
retorno de Urutaú y pensando que lo habían aprisionado, mandó outro guerrero en
su lugar, que retornó con la noticia de que Urutaú lo había traicionado al
enamorarse de una española. Yaguarí ordenó que lo mataran por la espalda y así
lo hicieron los guerreros esa misma noche.
Ni bien el indio cayó
acribillado, su alma voló transformándose en un pájaro de ojos resplandecientes
que vuela de copa en copa con sigilo de fantasma, y que canta una melodía dulce
que parece un sollozo. El canto del
Urutaú pasó a ser el símbolo de
la pena inconsolable que acompaña los amores imposibles.
El nictibio urutaú (Nyctibius
griseus), también denominado urutaú, urutaú común, pájaro fantasma, biemparado
norteño, pájaro estaca menor o estaquero común,3 es una especie de ave
caprimulgiforme de la familia Nyctibiidae que se encuentra en Centroamérica y
Sudamérica, desde Nicaragua al norte de Argentina y norte de Uruguay.
Es una especie sedentaria que
habita en los bosques abiertos y sabanas. Pone un solo huevo blanco lilaceo
manchado, directamente en una depresión en una rama o tocón de un árbol.
El urutaú menor es pariente
cercano de los atajacaminos o chotacabras (caprimúlgidos), pero al igual que
los otros urutaúes (familia Nyctibiidae o nictíbidos) carece de las vibrisas o
cerdas alrededor de la boca presentes en los caprimúlgidos. Tiene de 33 a 38 cm
de largo total y es pálido grisáceo tirando al castaño, finamente rayado con
negro. Tiene los ojos color naranja o rojo, grandes.
Este insectívoro nocturno caza
desde una percha o posición elevada como un alcaudón o tiránido. Pasa el día
posado erguido en un tocón de árbol, con el cual se mimetiza como si fuera
parte de él.
Se puede localizar al urutaú
menor por la noche por la reflexión de luz de sus ojos rojos o por su grito
melancólica persistente, como un lamento humano, que disminuye en intensidad y
volumen. urutaúu, urutaúu.
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