Cuestión de vida o muerte
Bajo el atractivo ropaje de la
modernización del Estado, con fantásticas promesas de inversiones y empleos de
calidad, Macri aligeró controles para que las transnacionales farmacéuticas
lancen nuevos medicamentos. Esto incluye experimentos con madres embarazadas y
recién nacidos que podrían infectarse con HIV/ sida. Modernización sería
agregar puestos de trabajo a la Anmat, que no tiene con qué controlar nada.
Grave riesgo para la salud de la población.
Por Horacio Verbitsky
Juan Carlos
Tealdi: riesgos para la vida, la integridad y la salud
de miles de
pacientes de consumarse la fantasía anunciada por
|
El 18 de abril, el presidente
Maurizio Macri presentó en la Casa Rosada un “Compromiso Federal para la
Modernización del Estado”. Como ya es costumbre, se trata de un catálogo de
buenas intenciones, que nadie discute: trámites online por Internet en vez de
recorrer miles de kilómetros, capacitación y jerarquización del empleado
público; conexión entre distintas oficinas de la Nación, las provincias, los
municipios y organismos como PAMI y AFIP; reemplazo del papel por el expediente
electrónico; historia clínica digital, ventanilla única de Comercio Exterior,
aprobación de nuevas empresas en 24 horas, licitaciones y compras electrónicas.
Todo adobado con el lenguaje de autoayuda propio de la campaña electoral:
mejorar la vida de la gente, invertir el tiempo en crear y no en trámites
interminables; establecer mecanismos de transparencia, decirnos la verdad;
trabajar en equipo, sector público y sector privado, para que en la Argentina
haya más empleo y menos pobreza. No podía faltar el garrotazo ritual al
gobierno anterior: el Estado no es de quienes lo administran sino de los
ciudadanos, debido a la corrupción hay argentinos sin cloacas, agua potable,
rutas, escuelas en buenas condiciones. Un toque de infantilismo, bien estilo
Oscar Aguad, como asombrarse porque desde el hospital Garraham le mostraron una
interconsulta a distancia con un Centro de Salud de Jujuy, cosa que en el país
se realiza desde hace por lo menos una década. Escondido entre esa hojarasca se
descubre el anuncio perverso de que el negocio farmacéutico se liberará de
fastidiosos controles que defienden la salud pública y no la rentabilidad
irresponsable de las grandes empresas trasnacionales. Con las palabras del
presidente:
“Hemos tenido siempre una
participación importante en investigación farmacológica-clínica que genera trabajo,
mucho trabajo de calidad en nuestro país, y veníamos perdiendo peso relativo en
la investigación mundial… Y ayer se nos planteó que si nosotros mejorábamos el
funcionamiento del Estado, en este caso el Anmat, ese nivel de inversión se
podía triplicar, y estamos hablando de pasar de 3 mil, 4 mil millones de pesos,
a más de 12 mil millones de pesos. Pero lo más importante es que podemos
multiplicar por seis la generación de empleo, estamos hablando de miles de
puestos de trabajo de altísima calidad ¿Y todo con qué? Con que el Anmat deje
de tardar para aprobar un estudio clínico 160 días hábiles. Y trabajando en
conjunto el Anmat se ha comprometido a tardar menos de 70 días hábiles, y si no
logran esos 70 días tiene aprobación automática esta investigación clínica.
Además de eso, muchas de estas investigaciones requieren de importaciones
temporarias de equipos, de fármacos, y la Aduana tiene que simplificar ese
trámite, cosa a lo que también está comprometida en esta tarea, y trabajando
juntas dos dependencias del Estado nacional en este caso, insisto, generar algo
muy bueno. Estamos hablando de miles de puestos de trabajo, y esto se repite en
la vida diaria de todos nosotros todos los días, todo el tiempo”.
La ética o el mercado
El 26 de abril, este anuncio se
complementó con la disposición 4008, que modificó el Régimen de Buena Práctica
Clínica para Estudios de Farmacología Clínica, que regulaba la disposición 6677
de 2010. Esa resolución menciona plazos distintos a los anunciados por Macrì,
cuya fuente es un arcano impenetrable. Lo que decía la disposición ahora
modificada era que una vez presentada la documentación, Anmat tenía 90 días
hábiles para expedirse, plazo que podía suspenderse ante observaciones o
aclaraciones solicitadas. Noventa días hábiles son 120 corridos. Ahora se
reducen a 60, que serían 80 corridos. Además de la aprobación tácita, la
disposición establece que el plazo se reducirá a 45 días en caso de
medicamentos aprobados en Estados Unidos, Japón, Suecia, Suiza, Israel, Canadá,
Austria, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Bélgica, Dinamarca, España e
Italia, o en los países reconocidos como autoridad reguladora nacional por la
Organización Panamericana de la Salud.
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