Respetar al lector incluye renunciar a la pretensión de
instalar falsedades en la opinión pública que solo responden a minorías que se
benefician del lucro antisocial
Luis Agüero Wagner-Viernes, 17 de marzo de 2017, 11:20 h (CET)
Una Enmienda constitucional que habilite la reelección
presidencial ha generado una verdadera sicosis de ciertos empresarios de la
prensa en Paraguay, quienes han pretendido instalar en la opinión pública una
serie de falsedades acordes con sus intereses.
El presidente no reelegible les conviene por varios motivos,
entre ellos porque les resulta más fácil presionarlo y hacerle claudicar cuando
apetecen obtener algún negocio del estado. Al no tener posibilidades de ser
reelecto, el presidente pierde sus vínculos con el deseo del pueblo, al cual ya
no necesita plegarse para lograr sus objetivos, y facilita la repartija sin
necesidad de escuchar opiniones desde abajo. A esas motivaciones, entre otras
de segundo orden, obedece una campaña que pretende descalificar el mecanismo
democrático de la Enmienda Constitucional.
Precisamente esta semana se cumplen veintidós años de la
ratificación por parte de Missisipi de la Enmienda Constitucional que abolió la
esclavitud en Estados Unidos.
El 16 de marzo de 1995, el estado de Missisipi ratificó la
décimo tercera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, casi ciento
treinta años después que fuera aprobada por los treinta y seis estados
requeridos, el 18 de diciembre de 1865.
Sin embargo, tuvieron que pasar casi veinte años para que
esa ratificación se oficialice, dado que recién en enero del año 2013 se
expidió esa ratificación ante la oficina del registro federal.
Si Estados Unidos no hubiera podido enmendar los errores de
su Constitución, como lo hizo en veintisiete oportunidades, su realidad hubiera
quedado anclada en el pasado y alejada del progreso moral y material.
Si no hubiera existido el mecanismo constitucional de la
Enmienda, la esclavitud hubiera seguido siendo legal, algo inimaginable en el
mundo que hoy vivimos.
Si no existiera la Enmienda Constitucional, en Estados
Unidos las mujeres seguirían excluidas de la política y privadas del derecho a
votar para elegir a las autoridades de su país.
Si no existiera la Enmienda Constitucional, no se hubiera
podido adecuar a nuevos tiempos y circunstancias el proceso de las elecciones
presidenciales, tan diferentes hoy a lo que eran en 1788, ni existirían
garantías para que el pueblo elija de manera directa a sus Senadores.
Si no existiera la Enmienda Constitucional, los impuestos de
capitación seguirían condicionando el voto de los ciudadanos norteamericanos, y
seguiría en duda la legalidad de vender bebidas alcohólicas. Finalmente, si no
existiera la Enmienda Constitucional, Estados Unidos jamás hubiera podido
abordar a través de la vigésimo segunda Enmienda a su constitución, el problema
de la reelección.
Como decimos siempre en esta columna, repitiendo una frase
atribuida a Lincoln, no se puede engañar a todos durante todo el tiempo. Los
detractores de la Enmienda Constitucional que a la vez son dueños de medios y
de la opinión de sus periodistas, deberían considerarlo.
http://www.diariosigloxxi.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario