El Ejército admitió 22.000 crímenes
WAHINGTON.-Treinta años después del
golpe militar, nuevos documentos desclasificados muestran que los militares
estimaban que habían matado o hecho desaparecer a unas 22.000 personas entre
1975 y mediados de 1978, cuando aún restaban cinco años para el retorno de la
democracia.
El cálculo, aportado por militares
y agentes argentinos que operaban desde el Batallón 601 de Inteligencia a su
par chileno Enrique Arancibia Clavel, aparece entre los documentos que logró
sacar a la luz el Archivo de Seguridad Nacional de la Georgetown University, y
a cuyas copias accedió LA NACION.
Firmado bajo el alias "Luis
Felipe Alemparte Díaz", Arancibia Clavel era el agente de la Dirección de
Inteligencia chilena (DINA) en Buenos Aires, encargado de informarle a Santiago
lo que ocurría en la Argentina y de coordinar secuestros con argentinos,
uruguayos, paraguayos y brasileños, entre otros, en lo que se llamó Plan
Cóndor.
En Santa Teresita, niños de varias
escuelas tiraron flores al mar para recordar a las víctimas de los "vuelos
de la muerte".
Indultos: nueva negativa del
oficialismo en Diputados
En julio de 1978, Arancibia Clavel
envió un cable a sus superiores de la DINA, con nombres de decenas de víctimas
en el país y precisando que sus contactos en el Batallón 601 han
"computado 22.000 entre muertos y desaparecidos", desde 1975 y hasta
"el día presente", poco después del final de la Copa del Mundo.
El debate sobre cuántos murieron o
desaparecieron durante la dictadura lleva años sin resolverse y despierta una
controversia enconada, con cálculos que van de las 8000 a 30.000, según quién
haga la cuenta.
Los organismos de derechos humanos
sostienen desde hace décadas que las Fuerzas Armadas habían redactado listas
con nombres y datos de todos los secuestrados, los muertos y los operativos
autorizados.
Se supone que esas listas fueron
destruidas antes del arribo de Raúl Alfonsín a la presidencia, aunque algunos
sospechan que podrían estar intactas y escondidas, como ocurrió con los
archivos de la policía de la provincia de Buenos Aires.
Arancibia Clavel, que en 2004 fue
condenado por la justicia argentina a cadena perpetua por el asesinato en
Buenos Aires del general chileno Carlos Prats y su pareja, redactó incluso su
propia lista de muertos "oficialistas" y "no oficialistas".
Es decir, los supuestamente caídos en "enfrentamientos" con las
fuerzas de seguridad y los clandestinos.
"Adjunto lista de todos los
muertos durante el año 1975. La lista va solamente clasificada por mes -explicó
Arancibia Clavel a sus jefes-. Este trabajo se logró conseguir en el Batallón
601 de Inteligencia."
El agente incluso explicó que
"estas listas corresponden a los anexos" 74.888 y 74.789 del año 1975
y consignó que "los que aparecen NN son aquellos cuerpos imposibles de
identificar", los que "casi en un 100% corresponden a elementos
extremistas eliminados «por izquierda» por las fuerzas de seguridad".
Entre los asesinados "por
motivos políticos" aparece el dirigente uruguayo Zelmar Michelini, entre
decenas de hombres y mujeres, algunos también uruguayos asilados en la
Argentina y capturados bajo el Plan Cóndor. En un documento ahora
desclasificado del Departamento de Defensa estadounidense, dos militares
norteamericanos recopilaron datos sobre el Plan Cóndor, al que definieron como
"operaciones conjuntas de contrainsurgencia en varios países de América del
Sur".
Para el 1° de octubre de 1976, los
dos estadounidenses reportaban al Pentágono: "Más y más se escucha sobre
el Plan Cóndor en el Cono Sur. Oficiales militares que hasta el momento
callaban sobre el tema han comenzado a hablar abiertamente. Una de las frases
favoritas es: ?Uno de sus colegas está fuera del país porque está volando como
un cóndor". Significaba que estaba en un operativo para secuestrar a un
"sospechoso".
Un plan global
En ese mismo cable, la inteligencia
estadounidense informaba que una delegación de generales argentinos, de civil,
había viajado a Montevideo para coordinar operaciones, y anticipan que en una
fase siguiente el plan podría extenderse a Europa.
¿Cuántos murieron o desaparecieron?
"Es nuestra estimación que al menos varios miles fueron asesinados y
dudamos que alguna vez sea posible establecer una cifra más específica",
advirtió en 1978 a sus superiores el entonces embajador en Buenos Aires, Robert
Hill.
También en 1978 otro documento del
Departamento de Estado ya estimaba en 15.000 los desaparecidos, gracias al
aporte de un funcionario de la embajada, Tex Harris, cuya labor sería
reconocida por el Estado argentino sólo en 2004.
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