En un fallo inédito, una Corte
Federal negó la posibilidad de patentar semillas transgénicas a la
transnacional Monsanto. Haciendo una similitud entre las semillas y el
lenguaje, los jueces advirtieron que “ningún escritor patentaría el idioma, por
haber escrito una novela”. Para los
jueces, es discutible que aquel que obtiene un transgénico, por solo un cambio,
pretenda patentar toda la semilla.
Monsanto, que enfrenta la
resistencia civil para instalar una planta de transgénicos en la provincia de
Córdoba y las demandas de organizaciones campesinas por su preponderancia en
los mercados, ahora tendrá enfrente también la decisión jurídica que la deja
sin títulos de propiedad sobre semillas que consideraba propias.
La empresa transnacional buscará
la apelación de la medida que dictaminó la Corte. Pedía que fuera declarada
inconstitucional una norma que saca de la órbita de las patentes a las plantas y
los animales. Y la Cámara le dio la espalda.
Es que la Ley de Patentes Nº
24.481 dice en su artículo 6 que no se consideran invenciones “toda clase de
materia viva y sustancias preexistentes en la naturaleza”, y en su artículo 7
establece que no son patentables “la totalidad del material biológico y
genético existente en la naturaleza o su réplica, en los procesos biológicos
implícitos en la reproducción animal, vegetal y humana, incluidos los procesos
genéticos relativos al material capaz de conducir su propia duplicación en
condiciones normales y libres tal como ocurre en la naturaleza”.
Patentar las semillas es ir sobre
la vida, ya que la invasión misma de la condición genética de las especies para
hacerlas a modo es poner la vida al servicio del interés particular. En una palabra, las leyes dificultan “hacer
patentes de la vida”, que es lo que acostumbran hacer Monsanto y otras firmas
similares por el mundo. “No está en pleito el principio de las patentes, sino
su extensión” dijeron los magistrados.
En Argentina debido a la economía
de gran escala implantada en los años 90, la mayor parte de la superficie
agrícola depende en alguna medida de los transgénicos y las sustancias
químicas. Sin embargo, decenas de asambleas ambientales surgieron a lo largo
del país para tomar conciencia y resistir a este régimen.
Con información de Resumen Latinoamericano
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