Se conoce como la noche de las
corbatas al conjunto de secuestros de abogados y familiares de estos, 11
personas en total, realizados por integrantes del Ejército Argentino que
actuaban en forma ilegal, en el lapso entre la tarde del 6 de julio y la
madrugada del 13 de julio de 1977, en la ciudad de Mar del Plata, (Argentina),
que constituyó, según sobrevivientes, "la mayor operación de represión
masiva que vivió esta ciudad a 16 meses de instaurada la dictadura
militar". El nombre dado al suceso tuvo origen en que seis de los
secuestrados ejercían su profesión de abogados.
Entre el 6 y el 8 de julio de
1977 se produjo el secuestro, desaparición y muerte de un grupo de abogados
laboralistas que es recordado como “La
Noche de las Corbatas”. No fueron los protagonistas de
ninguna gesta. Tampoco fueron los artífices de ninguna epopeya que separe la
historia en dos. Tan solo eran abogados. Abogados como nosotros. Abogados de
trabajadores. ¿Qué fuerza pudieron tener sus palabras para explicar su masacre?
¿Qué subversivo puede ser el ejercicio de abogar por los que menos tienen? ¿Qué
peligro pudo acarrear para el poder asaltado el enorme berretín de estos
hombres-tordos de querer defender sólo los derechos de los que únicamente
tienen su fuerza de trabajo para ofrecer al dios-mercado? ¿Qué pensamientos
habrán atravesado a estos hombres cuando la brutal represión de la tiranía
militar fue por ellos? ¿Se habrán visto en la memoria jugar con sus hijos, o abrazar
a sus mujeres, o tal vez a sus trabajadores esperando ser atendidos en sus
estudios-fábricas, o quizás en el medio del conflicto bravo? No podemos afirmar
que fueran héroes, sólo que ya no están porque decidieron vivir y morir en su
ley..., la de los hombres justos y consecuentes. A ellos nuestro homenaje. “Que
entre el 6, 7 y 8 de julio llevaron a todos los abogados a la Cueva , sin poder precisar
con exactitud qué día llegó cada uno. Que estima que el 6 llegaron Alais, Ricci
y Arestín y entre el 7 y 8 llevaron al Dr. Fresneda y su esposa, al Dr. Bozzi y
al Dr. Centeno (...). Que todos los abogados y la esposa de Fresneda, Mercedes
Algañaraz de Fresneda, fueron sometidos a tortura. Que el Dr. Centeno fue
sometido horriblemente a tremendas sesiones de tortura... Que un guardia le
dijo ‘vení, dale agua al viejo’; que sabiendo los efectos de tomar agua luego
se las sesiones de tortura, sólo le humedeció los labios y le dijo ‘quédese
tranquilo, ya vamos a salir’ mientras el Dr. Centeno preguntaba ‘¿quiénes son?,
¿quiénes son?’. Que ella vio la degradación a la que fue sometido, que lo vio
en traje prácticamente agonizando. Que sabía que no resistiría otra sesión de
tortura y no obstante ello fue sometido otra vez más, escuchando luego de ello
la caída del cuerpo y cómo lo arrastraban por el piso para tirarlo dentro de un
cuarto golpeando su cuerpo contra la pared de madera. Que luego de la muerte
del Dr. Centeno y del Dr. Candeloro la situación cambió, se los veía a los
guardias como tensos y sabiendo que allí se había cometido un exceso, decían en
tono crítico hacia quienes aplicaron las sesiones de tortura que ‘se les había
pasado la mano, que a ellos no les hubiera pasado’ (...). Que días después
escuchó en la radio que informaban que el cuerpo del Dr. Centeno había sido
encontrado luego de que lo secuestraran los montoneros, que los guardias
riéndose exclamaban ‘se la tragaron’ (...). Que el nombre ‘La Noche de las Corbatas’ surge
de los mismos guardias en la noche en que llevaron a los abogados decían ‘¿qué
es esto? Esto es la noche de las corbatas. Los que administramos justicia ahora
somos nosotros’.” (Del testimonio de Marta García de Candeloro, en los Juicios
de la Verdad. )
En la memoria de Salvador Arestin, Camilo Ricci, Tomás Fresneda, Carlos Bozzi,
Hugo Alais, Jorge Candeloro, Norberto Centeno.
* Agrupación de abogados (UBA).
Firman Luis Roa, Juan Manuel Di Teodoro y Luis Palmeiro.
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