El 29 de junio en una carta de intención firmada por
funcionarios argentinos y norteamericanos, a la que accedió Darío Gannio, de el
destape, se devela que el Gobierno autorizó a la compañía Hughes a que se quede
con “al menos” el 51% del ARSAT 3 y también la autorizó a cambiarle el nombre.
La venta es ilegal, va en contra de la ley 27.208 de
Desarrollo de la Industria Satelital aprobada en 2015, que en su artículo 8
dicta que no se pueden ceder los derechos de este nuevo satélite y que, de
hacerse cambios en el esquema que propuso el kirchnerismo, deben ser aprobados
por el Congreso, según el artículo 10. Pero, sin licitación ni consulta, se le
cedió la producción y explotación del nuevo ARSAT a esta compañía, que también
se quedará con el espacio orbital que le correspondía al país y se podrá llevar
al exterior los dividendos que se generen, que hasta ahora eran para financiar
futuros satélites.
“La venta es ilegal, va en contra de la ley 27.208 de
Desarrollo de la Industria Satelital aprobada en 2015″
La fusión fue aprobada hace días en secreto por el director
de ARSAT y yerno del ministro Oscar Aguad, Rodrigo De Loredo, y los
representantes de Hughes, quienes acordaron que a partir de ahora se cree una
nueva empresa, llamada Newco.
Mientras que para la producción de los anteriores ARSAT se
usó al menos un 30% de elaboración argentina, para el nuevo satélite se
comprará tecnología a Estados Unidos, donde también se arbitrará en caso de
litigio, como en el caso de los fondos buitre. La firma beneficiada por la
compra de herramental, según dicta la carta de intención firmada hace dos
semanas, es la norteamericana Thales Alenia Space.
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