PISOS PODOTÁCTILES
A fin de mes se instalarán las
chapas orientativas a lo largo de 25 de Mayo desde la plaza Independencia hasta
la plaza Urquiza.
Josefina Ocampo es arquitecta y
hace 20 años se dedica a investigar y armar proyectos de “diseño universal”, un
nuevo paradigma dentro de la disciplina que busca igualar las oportunidades de
circulación para todos los transeúntes.
Actualmente trabaja en un sistema
de señalización Braille para ciegos con el apoyo y guía de la locutora ciega
Fabiana Blasco y en conjunto con la licenciada Josefina Fariña, subdirectora de
Inclusión Social y la Dirección de Planeamiento de la Municipalidad de San
Miguel de Tucumán.
La iniciativa consiste en la
aplicación de 20 chapas con escritura braille en el tramo de la calle 25 de
Mayo desde Plaza Independencia hasta la plaza Urquiza. Se trata, precisamente,
de la colocación de dos chapas por cada esquina, instaladas en los postes con
carteles que indican los nombres de las calles y la altura correspondiente.
Esas chapas con señalización en lenguaje Braille volverían accesible esta
información para los ciegos y estarían dispuestas a una altura correspondiente
para ser alcanzadas con las manos. La primera etapa del trabajo comprende la
señalética y comunicación en los postes y luego continuaría en las paradas de
ómnibus.
Datos en el piso
La instalación implica una
preparación previa, como limpieza de los postes y la colocación de chapas
estampadas (es decir, con relieve) sobre el zócalo al pie del poste para que la
persona no vidente pueda detectar con su bastón que allí efectivamente dispone
de una señalización.
El proyecto se llevaría a cabo a
fin de mes y se calcula una inversión aproximada de $ 3.000 a cargo de la
Municipalidad. La arquitecta Ocampo precisó que ese monto contempla sólo la
compra de 20 chapas con escritura Braille.
“Desde que atraviesa la puerta de
su casa -advierte la arquitecta-, el ciego se encuentra con múltiples barreras:
veredas que están deterioradas, una serie de objetos públicos en el trayecto
(postes, maceteros, basureros) que no están alineados, motocicletas, bicicletas
e incluso autos mal estacionados o subidos al cordón, y hasta el mismo peatón
que a veces se detiene repentinamente en la vía pública y representa al ciego
un imprevisto más que tiene que esquivar. Cuando sale a la calle -agrega
Ocampo- está tan concentrado en los sonidos y lo táctil y para él o ella es una
tensión, saber que su vida corre peligro”.
La experta advierte que existen
otros obstáculos aéreos como ventanas abiertas o aires acondicionados que el
transeúnte ciego no tiene modo de prevenir. “La mayoría de los accidentes que
sufren en la calle les provocan cortes en la frente y la cabeza”, detalla.
La arquitecta resalta que en este
proyecto, además de los profesionales y los funcionarios, también deben
involucrarse los vecinos, en su rol de ciudadanos, para ver cómo se colabora en
volver la ciudad más accesible.
El piso podotactil (sistema de
información para no videntes) es un recurso muy importante, porque posee una
textura especial que les permite guiarse y los orienta en el recorrido
volviéndolo un circuito accesible.
En la peatonal Mendoza (desde 25 de
mayo hasta Junín) se instaló ese tipo de piso. Se trata de un recurso que, si
se extendiera a otras zonas, haría de nuestra ciudad un espacio más inclusivo.
Sin embargo, la responsabilidad y el compromiso no se terminan en las
dependencias públicas o en los especialistas, sino que interpelan a cada civil,
a sus buenos o malos hábitos, y son una invitación a redefinirnos como sociedad
reflexionando acerca de la inclusión de las personas en toda su diversidad.
La infraestructura
En Tucumán hay muy pocos recursos
puestos a disposición de las personas con capacidades especiales. “Nuestra
ciudad -remarca Ocampo- no es una ciudad inclusiva ni capacitada en su
infraestructura para acoger a las personas con alguna discapacidad.
Señalización Braille, pisos podotáctiles, planos hápticos (que indican como se
distribuyen los lugares) son sólo algunos ejemplos entre otros miles de
recursos con los que se podrían salvar las distancias entre aquellos
transeúntes que pueden circular por la ciudad sin inconvenientes y los que no
pueden hacerlo por sus propios medios”.
El proyecto implica un presupuesto
bajo y es fundamental ponerlo en práctica. El aporte de los profesionales es
clave, pero el Estado debe responder con la ejecución de las obras. Otras
ciudades avanzaron en esa línea y Tucumán debe sumarse a la nueva ola de la
inclusión de todos sus vecinos.
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