Las dos columnas principales del
Ejército de los Andes iniciaron su marcha a partir del 17 de enero de 1817, por
los pasos de Los Patos y Uspallata.
La columna liderada por San Martín
tropezó con las mayores dificultades, ya que tuvo que escalar cuatro
cordilleras. Tomó la ruta llamada Paso de Los Patos en el departamento de
Calingasta de San Juan, cruzó el alto cordón del Espinacito (5.000 m) y la cadena
limítrofe por el Paso de las Llaretas. El grueso del ejército que conformaba
este destacamento se componía de una vanguardia y una retaguardia que avanzaban
a prudente distancia una de otra. Esta columna se conformaba con las fuerzas
del brigadier mayor Estanislao Soler, las del brigadier Bernardo O’Higgins, la
escolta de granaderos al mando de Teniente Coronel Mariano Necochea y las del
propio General San Martín, que venía uno o dos días más atrás.
“La columna principal estaba
compuesta por unos 5.000 hombres, de los cuales 3.700 eran soldados y 1.300
milicianos que conducían unas 10.600 mulas y 1.200 caballos, además de 450
reses destinadas a ser faenadas en el transcurso de la marcha”, escribe el
historiador sanjuanino Edgardo Mendoza en su libro “San Martín y el cruce de
los Andes”.
La segunda columna principal, de
800 hombres, al mando del Brigadier Juan Gregorio de Las Heras partió el 18 de
enero de 1817, avanzando por el Paso de Uspallata y el valle del Río Mendoza,
conduciendo todo el parque y la artillería, cuyo transporte era imposible por
el más escabroso paso de Los Patos. Entre los hombres destacados que lo
acompañaban, cabe destacar al fray Luis Beltrán.
“La alimentación y la vestimenta
fueron centrales para mantener fuertes y abrigados a los soldados. Por las
noches, se armaban campamentos a la intemperie, en donde los hombres dormían
apelotonados para darse calor. La comida, además de pasas de uvas, patay,
membrillo y las 450 vacas que fueron faenando en grandes asados que se hacían
en algunos puntos específicos de la marcha, incluyó muchas provisiones de
charqui. El charqui es carne cocida con sal al sol, que tiene un gusto un poco
más fuerte que cuando está fresca, y se hidrata para preparar guisos y sopas.”
La estrategia militar diseñada por
San Martín fue impactante: logró completar el cruce de más de 5.000 personas en
menos de un mes, reorganizar el ejército en cuatro días, y ganar una batalla
fundamental, Chacabuco, en pocas horas.
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