Foto ilustrativa |
Camau:
Luego de un rato de pensar como encabezar esta carta ninguna
de las opciones me satisfizo, ¿Sr. Camau?, ¿Estimado Camau?, ¿Querido Camau?.
No creo que un señor sea tan veleta como vos, y no estimo ni quiero a los que
cambian de barco en medio de la tormenta. También fue de la partida la idea de
encabezar “Senador”, que es un cargo al que vos accediste con mi voto, y con el
voto de mis compañeros y mis compañeras, pero prefiero no acordarme de eso,
porque si lo hago me siento culpable de las leyes que le aprobaste al gobierno
oligarca.
Perdón si te “tuteo”, y si te digo “Camau”, como si nos
conociéramos. Es una cuestión de respeto. Que hoy no siento.
Como periodista político vengo siguiendo tus movimientos
Camau, y cuestionando tus volteretas, tanto en el congreso como en la
construcción política de la provincia, en la que nunca te privaste de nada, ni
de recibir a Massa (un claro exponente del discurso de la “no política” que,
como vos, eligió traicionar a quien lo llevó al poder) para que te promocionara;
ni de coquetear con la “referente” del partido de gobierno, que, como tal, es
parte de los responsables de que tantísimos compañeros y compañeras que te
votaron dos o tres veces (si son de la capital), la estén pasando tan mal; por
haberse quedado sin trabajo, por la desvalorización de sus sueldos o
jubilaciones, o simplemente por haber perdido derechos adquiridos durante el
gobierno del cual vos fuiste parte.
Por lo observado en los últimos días creo que el PRO te cerró
la puerta Camau, todo indica que eligieron a los radicales para intentar
mantener el poder con gente más estable emocionalmente (por decirlo de modo
elegante). Hasta La Cámpora, que te llevó de la mano al poder te dio vuelta la
cara. Debe ser duro eso y no voy a meter sal en la herida porque debe ser duro
para todos, para el que mintió y también para los que se comprometieron con esa
mentira.
Algo pasó estos días, no sé bien que fue, pero a la vuelta de
“Punta” (o “del Este”, como les gusta decir a tus amigos PRO), Ricardo empezó a
hablar de “ECO-Cambiemos”. Te dejaron afuera Camau, te dejaron afuera.
Y espero que no intentes convertir ese fracaso en tu
fortaleza, espero que no planees tu campaña en torno a negar que lo intentaste,
porque fue por eso que le votaste todas las leyes al perverso que hambrea al
pueblo, al que echó a mis compañeros y compañeras de su trabajo por el solo
hecho de formar parte de la “grasa militante” que militó tu campaña Camau.
Espero que no, porque si lo hicieras seguramente sería la primera vez que me
niegue a votarte.
Porque te voté dos veces Camau, las dos veces que me viniste
a pedir tu voto te lo di, y te lo di para que me defendieras, y lejos de
defenderme me traicionaste votándole todos los entuertos al que me estafó. Al
que estafó a todos los que te votamos.
Y es el mismo que ahora te estafó a vos Camau, es el que
decidió darle su apoyo político y financiero a los radicales para la campaña.
Es decir, vos le diste tu voto en todas las leyes pérfidas que nos empujaron y con eso ayudaste
a que él pudiera construir poder, y ahora utiliza ese poder para apoyar a tu
rival.
Y tal vez eso sea bueno, tal vez sirva para que sientas en
carne propia lo mismo que sentimos nosotros, los que te votamos, cada vez que
te vimos levantar la manito para aprobarle las leyes al presidente que cada día
nos quita un derecho, al presidente que cada día inventa una nueva excusa para
meter presa a la mujer que te hizo lo que sos, a la mujer que te puso en su
gabinete, a la mujer que te puso donde estás, a la mujer que te dio todos los
votos que conseguiste en tu vida. A Cristina Camau. Mostrás más respeto por
Macri que por Cristina.
La verdad… leer la nota que publicó hoy el Diario Norte me
revolvió las tripas. ¿Así que Cristina no tiene que participar más?. La
mandaste a “cuidar a los nietos” Camau, como hace Pichetto, como Bossio, como
los massistas, como los radicales, como los del PRO.
Y es desde ahí que me pegunto, ¿Cómo va a lograr mi voto y el
de mis compañeros y compañeras este pibe?, ¿Qué nos vendrá a “vender” en la
campaña?, ¿de verdad creerá que reconociéndose un traidor va a conseguir el
voto de los leales?.
No creas que escribo esto como periodista Camau, no. Lo
escribo como militante del campo popular que abrazó incondicionalmente a
Néstor, a Cristina, al peronismo y a todo lo que vos defraudaste. Lo escribo
como laburante que hoy tiene que hacer el doble del esfuerzo para recibir un
poco menos que el año pasado. La verdad estoy cansado, trabajo mucho Camau,
muchas horas por día intentando vencer a las espadas del poder mediático con un
alfiler, o empatarles… o aunque sea tratando de no perder vergonzosamente.
Muchas horas intentando seguir viviendo de mi laburo, sin pauta y sin claudicar
de mis ideas Camau. Y no sabés lo difícil que es, claro… que habrías de saber
si cuando se te presentó la primera dificultad vos claudicaste de cada una de
las ideas que nos dijiste tener…
Pero lo que más duele es ver como arrastraste al fango de la
incoherencia a pibes que lloraban por lo mismo que yo, que celebraban lo mismo
que yo, que se acercaron a la política tan incrédulos y tan emocionados por lo
mismo que yo, por las enormes figuras de Néstor y de Cristina. Esos pibes a los
que engañaste y a los que hiciste rebautizar “la juventud de Camau”, hoy se
debaten entre seguir siendo ellos o convertirse en otros, en más de esos otros
en los que te convertiste vos el día que decidiste darle la espalda a la jefa
para ir detrás de la chequera del mafioso que nos gobierna, solo para que te
pague la campaña.
¿Te acordás de cuando de cada tres palabras tuyas una era
“Cristina”?. Yo me acuerdo, hasta me acuerdo que cuando hablabas de ella decías
“Nuestra querida Cristina”. ¿Que pasó Camau?, ¿que te pasó?
Falta poco Camau, falta poco para que llegue la hora de las
decisiones, es probable que “no nos quede otra opción” que volver a confiar en
vos. Sería bueno que antes de que eso ocurriera pudiéramos escuchar una
autocrítica por tu labor parlamentaria, por tus idas y vueltas, por tu evidente
intención de irte con el enemigo, sin plantearte siquiera que cosa sentíamos
aquellos que siempre te votamos.
Gabriel Link
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