“No hay olvido para aquellos
hechos donde se trató de apagar el derecho a balazo limpio, en vez de aplicar
los argumentos de la razón. La Semana Trágica de enero del ‘19. Cuántos muertos
por lo justo. No vamos a discutir ahora si fueron mil o seiscientos los obreros
muertos. Lo triste, lo trágico es que se tergiversó todo, se hizo valer como
siempre o como casi siempre, la historia oficial. No eran ni ‘perturbadores
extranjeros’ ni ‘rusos’ ni ‘terroristas’, como los medios del poder trataron de
disfrazar el crimen. Eran obreros que querían tener los derechos de la dignidad
y de la vida: las sagradas ocho horas de trabajo.
Los panaderos y los yeseros ya lo
habían conseguido con su lucha en 1898. Los metalúrgicos, en 1919, todavía
trabajaban nueve horas por día. Por eso la huelga y por el lugar de trabajo
para los despedidos. Dignidad y Justicia. La respuesta del poder fue bala y más
bala. Con los uniformados de siempre. Esta vez ya con la ayuda de los muchachos
del barrio Norte, las guardias blancas, la llamada después ‘Liga Patriótica
Argentina’.
Salieron a matar ‘anarquistas,
rusos, judíos y enemigos de la Patria’. Las calles de Buenos Aires quedaron
teñidas de sangre obrera.
Pero el mismo gobierno represor
tuvo que reconocer la injusticia y días después se les dio a los obreros lo que
pedían. ¿Por qué entonces tanta violencia desde el poder? ¿Por qué además de
los muertos, los 1500 obreros presos? La firma del ministro del Interior en las
cláusulas de la solución del conflicto deja en claro que la razón estaba del
lado obrero. Eso sí, esa razón se había pagado con sangre de los explotados.
Pero luego de la matanza, llegó el silencio. De ese tema no se habla... Cuando
muchos años después tratamos de que los terrenos donde había comenzado el drama
-los de los establecimientos Vasena, que habían sido demolidos- pasaran a
llamarse "Parque Mártires de la
Semana Trágica", justamente el dirigente Augusto Vandor se opuso y
propuso llamarla "Plaza Martín Fierro". Nombre que hoy lleva.
Claro, del pasado no se habla
porque estaban involucrados Yrigoyen, los radicales, el ejército y personajes
de la "guardia blanca" que luego pasaron a ser próceres: Manuel
Carlés, el Perito Moreno, el cura Miguel D’Andrea e, infaltable, el estanciero
Martínez de Hoz, hijo de aquel presidente de la Sociedad Rural que recibió de
Roca 2.500.000 hectáreas de la tierra
donde vivían antes los pampas y los ranqueles, bisabuelo del murciélago que
luego fue ministro de Economía de la dictadura de la desaparición de personas.
Toda una estirpe familiar heredera del autollamado ‘liberalismo positivista’
del roquismo.
En 1915 había 51 sindicatos y más
de 20 mil afiliados, 5 años después, las organizaciones eran más de 700,
reuniendo a casi 750 mil obreros. El clima de época exigiendo derechos, estaba
marcado por las revoluciones radicales que peleaban por el voto universal y
secreto y el levantamiento de los chacareros en el grito de Alcorta en 1912. Y
en el mundo, Pancho Villa en México y la revolución rusa del '17.
Llegaron los más de mil
asesinatos de ‘La semana trágica’, cuando los obreros de la porteña metalúrgica
Vasena, lucharon por la jornada de 8 horas en 1919”
(OSVALDO BAYER).
No hay comentarios:
Publicar un comentario